Molinos salió de compras y se quedó con marca de pizzas de McCain

Molinos Río de la Plata, la empresa de alimentos del grupo Perez Companc, acordó la compra de la marca Sibarita y su planta de pizzas congeladas en Pilar.

La empresa informó oficialmente que llegó a un acuerdo para quedarse con el negocio que estaba en manos de la multinacional McCain, en lo que constituye su segunda gran operación, tras la reestructuración interna y familiar, que consolidó el liderazgo de Luis Perez Companc.

El CEO de Molinos, Agustín Llanos, expresó que “la incorporación de esta querida marca al portafolio de Molinos implica una oportunidad para seguir ampliando las ocasiones de consumo en las que participa la compañía”.

Los orígenes de Sibarita hay que rastrearlos en Uruguay. La marca fue creada por Juan Bouza, un inmigrante de origen gallego, que en la década del ‘50 inauguró una fábrica de pastas y pizzas con el nombre La Sibarita. En la década del ‘90 la firma ingresó al rubro de los alimentos congelados y en 1998 se desprendieron del negocio a manos de la firma Euralim, controlada por la familia Gancia.

Los Gancia trajeron la marca a la Argentina y potenciaron la categoría de pizzas congeladas, con una fuerte apuesta en publicidad y el slogan “¿Por qué Sibarita es tan rica?”. La empresa volvió a cambiar de manos en 2004, cuando fue adquirida por el grupo IAASA, que tres años después se la vendió a la multinacional McCain (que lidera el negocio de las papas congeladas), su último dueño hasta el traspaso a Molinos.

En la actualidad, Sibarita continúa siendo uno de los principales jugadores en la categoría de pizzas congeladas, aunque la aparición de nuevos jugadores se tradujo en una atomización del negocio. El principal rival de la marca que ahora pertenece a Molinos es Frizzio, de la cadena de heladerías Grido, aunque también pesan otros nombres como Pietro (Molinos Cañuelas), Zen (de los hermanos Petersen), la rosarina Frizata y las marcas propias de los grandes supermercados.