Marca de ropa de dos exfutbolistas debutó en Rosario con su primer local

La marca de indumentaria de fútbol Kiricocho abrió su primer local en Rosario, de la mano de los franquiciados Alexis Sanabria y Emiliano Cabrol, dos apasionados del deporte y amigos de Martín Mazza y Juan Diego Fontenla, exjugadores de Excursionistas que fundaron la firma. Hoy, Kiricocho mueve millones y ya cuenta con cinco locales repartidos entre Buenos Aires y el interior. 

Kiricocho abrió este viernes 12 en Sarmiento 780, en un local de 90 m2 que antes había sido ocupado por una disquería.

“Estamos relacionados con Kirichocho desde su nacimiento, en 2014”, contó Sanabria a Punto biz. Y sumó: “Tenemos la franquicia en Paraná y ahora debutamos en Rosario, una ciudad que respira fútbol”.  En cuanto a la propuesta para la ciudad, la marca consiguió las licencias tanto de Newell’s como de Rosario Central para comercializar indumentaria oficial de ambos clubes.

El desembarco en la Cuna de la Bandera está enmarcado en el plan de expansión de la marca. “Está muy instalada en Buenos Aires y este año decidieron expandirse a dos puntos claves del país: Córdoba y Rosario”, confió. 

La historia de Kiricocho

La palabra es muy conocida en el ambiente del fútbol: se usa para mufar al equipo rival, diciéndola cuando se está por patear un penal. Surgió en la época en la que Carlos Bilardo, reconocido cabulero, dirigía Estudiantes y "Kiricocho" era un colaborador con fama de traer mala suerte.

El "doctor" lo usó como amuleto y llegó a salir campeón del mundo con la Selección en el '86. El dicho se expandió por España, Uruguay y hasta llegó al jugador noruego Erling Haaland. Es una expresión que todo amante del fútbol entiende a la perfección.

Los comienzos fueron muy a pulmón. Fontenla, que mientras jugaba al fútbol estudió marketing, se dedicó sobre todo a la parte de las redes sociales del negocio, mientras que Mazza, que se formaba para contador, se encargó de los números y procesos. Al principio fueron de compras por los barrios de Once y Flores, contrataron diseñadores y buscaron inspiración en Disney y en Europa hasta que pusieron un showroom en Villa Urquiza y tuvieron su propio taller en Luján.