La única caravana para ganado 100% biodegradable se hace en Santa Fe

Así como existen dispositivos electrónicos que permiten identificar el ganado en tiempo real para gestionar bases de datos en forma automática, también existe una evolución de los métodos tradicionales, basados ahora con materiales más amigables con el medio ambiente. En esa línea se metió Guillermo Guntern, el empresario rafaelino que es el primero en producir a nivel global una caravana 100% biodegradable.

Las pruebas empezaron hace dos años y los dispositivos ya se están comercializando. “Se trata de un producto compostable, que en Argentina todavía se está asimilando por los ganaderos que por el momento deben pagar un 20% más caro por las caravanas biodegradables que una tradicional. No obstante, entendemos que el modelo puede crecer mucho en el mercado externo. Ya estamos mostrando la mercadería en Europa donde existe una conciencia verde muy acentuada”, precisó Guntern, titular de Carreteles Rafaela, la compañía que fabrica los identificadores hechos a base de ecoflex, un plástico bio.

Se trata de un material que es elaborado a nivel mundial por la química alemana Basf, quien abastece a los rafaelinos del insumo básico para inyectar en las matrices de las caravanas. “Cómo ya éramos clientes de Basf, que nos provee del poliuretano tradicional, es que logramos primero hacer pruebas con el material que la multinacional tenía encriptado. Ahora contamos acceso a la materia prima en forma exclusiva”, precisó Guntern a Punto biz sobre las caravanas Argentag Bio, hechas a base de un plástico amigable con el medio ambiente elaborado con celulosa, glucosa de azúcar, almidón de papa, lignina de la madera y pla, que es un derivado del maíz.

“Lo cierto es que la materia prima se puede inyectar en cualquiera de las máquina con las que producimos la caravana tradicional, un elemento que es clave ya que no hizo falta adecuar ninguna etapa del proceso de fabricación”, mencionó el industrial, que no descarta poder producir el nuevo producto bio fronteras afuera.

Es que en orden a la coyuntura actual, a Guntern le conviene importar el poliuretano que Basf le provee para las caravanas clásicas que el nuevo compuesto biodegradable. “Más allá de tratarse de un insumo innovador, como todavía en Argentina no hay todavía un mercado demandante de la variante compostable es que con los pocos dólares disponibles nos inclinamos a importar poliuretano. No obstante, estamos evaluando la posibilidad de abrir una planta en Paraguay que solo procese el compuesto bio, partiendo de la base de que el abastecimiento es más sencillo en tierra guaraní sin restricciones al ingreso de mercadería del exterior”, explicó.

La alternativa de Paraguay llega porque Carreteles Rafaela acaba de abrir un centro de ventas en la nación vecina, mercado donde hacen una apuesta fuerte.

Carreteles Rafaela es experta en la producción de hilo electroplástico, empleado para electrificar corrales ganaderos, además de hacer comederos de lona. La firma también comercializa un amplio portfolio de otros insumos para ganadería que adquieren a terceros.

La compañía acaba de mudarse de una planta ubicada en el área urbana de Rafaela a un sector industrial sobre la ruta 34. Allí operan en una nave de 2.000 m2 donde trabajan 50 empleados.