Tras desprolija sesión finalmente la megatorre de Puerto Norte tuvo luz verde

En una extensa -y muy polémica- doble sesión, el Concejo de Rosario logró aprobar la construcción de una megatorre de 200 metros sobre la barranca de Puerto Norte. Estará emplazada sobre los terrenos que pertenecieron al correacopio BLD y que cambiaron de manos con la crisis de la compañía agropecuaria. Por presión del Ejecutivo municipal, el cuerpo legislativo aprueba “sobre tablas” (es decir, sin conseguir despacho en comisión) el proyecto que impulsan Sancor Seguros, la constructora Obring y el estudio de abogados Casanova, Mattos, Salvatierra & Feser. 

El súper jueves del Concejo tuvo de todo. La jornada, que marca el cierre del año para la actividad legislativa, se dividió en dos: una sesión para temas ya aprobados y una segunda destinada a tratar temas polémicos como el ambicioso proyecto inmobiliario. Pese a que el expediente de la iniciativa ingresó hace apenas dos meses, concejales le dieron tratamiento exprés.

El proyecto de la megatorre contó con el voto favorable de la mayoría de los ediles, aunque hubo un fuerte debate hacia el interior del propio oficialismo, entre la postura de los concejales que responden al intendente Pablo Javkin y los del socialismo. De hecho, Verónica Irízar (que se opuso al proyecto) renunció a la comisión de Planeamiento y su lugar lo ocupó Ciro Seisas (que responde al oficialismo) para que el proyecto pueda tener despacho favorable en la comisión. Pero la iniciativa tampoco contaba con avales necesarios para pasar el filtro de la comisión de Presupuesto, razón por la cual se decidió de manera extraordinaria que el proyecto sea tratado "sobre tablas" en el recinto. 

"Es un proyecto polémico, porque no hay ninguna normativa que registre esa cantidad de pisos en la ciudad de Rosario. Espero que sea presentado con un proyecto de impacto ambiental, una de las obligaciones a nivel municipal y a nivel provincial por ley”, refería la concejala justicialista Norma López a Punto biz respecto del diseño de la obra, una de las voces que se manifestaron también en contra de la megatorre. 

Los votos

Votaron de manera afirmativa Nadia Amalevi (Creo), Carlos Cardozo (Unión PRO- Juntos por el Cambio), Lisandro Cavatorta (Todos Hacemos Rosario), Ariel Cozzoni (Unite - Un Gol para Rosario), Julia Irigoitía (Todos Hacemos Rosario), Daniela León (UCR - Juntos por el Cambio), Ana Laura Martínez (Unión PRO- Juntos por el Cambio), Marcelo Megna (UCR), Aldo Pedro Poy (PDP), Alejandro Roselló (Unión PRO- Juntos por el Cambio), Martín Rosúa (UCR - Juntos por el Cambio), Susana Rueda (Rosario Progresista), Valeria Schvartz (Volver a Rosario), Ciro Seisas y Miguel Tessandori (Volver a Rosario).

En contra votaron Juan Monteverde, Caren Tepp, (Ciudad Futura), Luz Ferradas (Ciudad Futura), Pedro Salinas (Ciudad Futura), Jésica Pellegrini (Ciudad Futura) y Norma López (Frente de Todos - PJ), mientras que Mónica Ferrero (Bloque Socialista) Verónica Irízar (Bloque Socialista), Marina Magnani (Todos Hacemos Rosario), Silvana Teisa (Todos Hacemos Rosario), Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) se abstuvieron.

Cómo será la megatorre 

El master plan apunta a un edificio de 200 metros de altura y 60 pisos y contempla la instalación de oficinas corporativas de Sancor en las primeras diez plantas de la torre. En los 50 pisos restantes habrá viviendas de distintos tamaños, todas de categoría premium, que tendrán entre dos y cinco ambientes. Además, incorporarán amenities, como piscinas, parrilleros sobre la barranca, gimnasio y salón de usos múltiples (SUM).

El proyecto además de estar ideado sobre una base de “sustentabilidad” aportando espacio verde, también piensa en la movilidad de la ciudad y el desarrollo comercial. Por lo que sumarán cocheras subterráneas para 750 autos, y sobre la barranca se proyectan departamentos dúplex y la instalación de una guardería náutica. También, sobre la planta baja, en uno de los costados de la torre, habrá unos 100 metros de locales comerciales y de servicios, con posibilidad de instalar bicisendas para potenciar el área recreativa y facilitar el transporte.

El rascacielos costero se posicionará como el segundo más alto de Argentina con 200 metros de altura, justo por detrás de los 235 metros del edificio residencial Alvear Tower ubicado en el barrio porteño de Puerto Madero.