Infraestructura: las piezas que debe mover Santa Fe

El gobierno de Maximiliano Pullaro asumió con la promesa de darle una “impronta productiva” a su gestión. Como carta de presentación mostró su buen feeling con el campo cuando llevó sus quejas al gobierno nacional por las retenciones a las exportaciones agrícolas o, más cerca en el tiempo, cuando plantó bandera y cuestionó el impacto que tendría sobre el entramado industrial provincial el Régimen de Grandes Inversiones (RIGI) propuesto en el proyecto de ley Bases.

“No le reclamamos al gobierno nacional planes sociales sino recursos para invertir en infraestructura que va a representar mayor crecimiento y divisas para el país”, arengó Pullaro en abril, cuando inauguró el remate del primer lote de soja en la Bolsa de Rosario.

De todos modos, a casi medio año de gestión aún hay muchas indefiniciones sobre áreas estratégicas o, en todo caso, se trazaron lineamientos generales, pero con tenues avances. Es el caso del Puerto de Rosario, donde la provincia define políticas de acción a través de su participación en el Enapro; el Aeropuerto Internacional de Rosario (AIR), al cual Pullaro pretende darle una impronta logística y comercial; y la hidrovía, que está en la antesala de una nueva licitación internacional que definirá el futuro del transporte fluvial de la región y en la cual Santa Fe busca ser protagonista.

Aunque la actual gestión dejó en claro que busca involucrar al sector privado en el financiamiento de este tipo de obras, el rol del Estado es determinante para definir un plan de largo plazo. Antes de asumir, Pullaro estimó que las obras de infraestructura y reparación de muelles demandarían una inversión de $ 3.000 M y dijo que la provincia estaría dispuesta a acompañar ese proceso.

Por lo pronto, y ante la decisión del gobierno de Javier Milei de cortar el envío de fondos para infraestructura, el gobernador comenzó a “pasar la gorra” en el exterior y armó un equipo destinado a analizar un fondeo. Ya acordó un crédito de hasta 65 millones de euros de la Agencia Francesa para el Desarrollo destinados a proyectos de biodiversidad. En febrero envió una misión encabezada por el ministro de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini, a Emiratos Árabes en busca de inversiones y créditos. Nadie volvió a pronunciar palabra sobre la posibilidad de que las arcas santafesinas hagan un aporte para esto.

Poco viento de cola

“Hay una decisión política de potenciar el Aeropuerto Internacional de Rosario”, dijo apenas asumió la secretaria de Transporte de Santa Fe, Renata Ghilotti, al explicar que la intención no sólo es impulsar más vuelos para atender la demanda turística, sino también desarrollar el transporte de cargas.

En el AIR por ahora se inauguraron obras menores que venían de la gestión anterior, como la modernización de la torre de control y la incorporación de un nuevo sistema de luces de aproximación para un aterrizaje más seguro. También continúan las de la nueva terminal flexible que unifica los servicios de cabotaje e internacional –con mangas, escaleras mecánicas, ascensores y cintas para equipaje– que arrancaron en el gobierno de Omar Perotti. En cambio, aún no hay muchas definiciones sobre la construcción de una terminal exclusiva para cargas logísticas, que es lo que le daría el sello productivo a la terminal, tal como informó en diciembre Punto biz.

Para esta transformación en un aeropuerto de cargas se piensa en un esquema mixto donde la plata la ponga el sector privado. “Pensamos en hacerlo con una licitación pública con inversiones privadas”, confirmó a Punto biz el ministro Puccini.
También quedan por resolver las obras para adecuar la pista que todavía siguen sin financiamiento, algo que reclama en forma recurrente el intendente Pablo Javkin.

“Estamos trabajando en modernizar la terminal”, dijo el presidente del directorio, Esteban Bretto, y reiteró esta intención del gobierno provincial de que el aeropuerto “sea una pieza
fundamental en un sistema de conexiones para acercar a Santa Fe al mundo”.

Funes quiere tener participación. Dos concejales de Unidos, Santiago Carloni y Carlos Olmedo, le presentaron un proyecto a Ghilotti para intentar conectar el parque industrial Ciudad Industria de Funes con la autopista Rosario-Córdoba y el AIR. Se le sumaría el predio lindero de Rosario. En 2018 el Concejo funense aprobó la expropiación de lotes para posibilitar la obra vial.

A priori, desde Funes sondean la posibilidad de explotar una cámara de frío para la importación y exportación de productos congelados desde AIR, según indicó Germán Nocera, presidente de la Asociación Empresaria de esa localidad.
Un proyecto con poco calado

Tampoco hay mayores definiciones sobre el plan de la provincia para los puertos públicos, en especial sobre las acciones que llevará adelante el Ente Administrador del Puerto de Rosario (Enapro), que controla la concesión de la terminal de cargas generales  concesionada a Terminal Puerto Rosario (TPR), del grupo chileno Ultramar.

Pullaro nombró al frente del ente portuario a una empresaria pyme como Graciela Alabarce (La Cumbre) con la intención de dotar a la terminal de una impronta exportadora que permita sacar la producción de la región. También allí participa activamente la Bolsa de Rosario con la presencia de Javier Cervio como integrante del directorio.

“La producción, tanto en su faceta de importación como de exportación, necesita contar con un puerto moderno con proyección de futuro y para eso hay que tener un concesionario que reúna las condiciones para dar respuesta a estas necesidades”, detalló BCR en su Agenda de Asuntos Públicos.

Por lo pronto, en estos primeros cinco meses de gestión “el trabajo está centrado en la revisión y análisis de cada concesión”, confirmó Puccini. Muchas están por vencer y a la de TPR le quedan siete años.
La parálisis en las decisiones en materia portuaria en estos últimos años dejó a la terminal con muelles en mal estado –no se avanzó en el preacuerdo realizado con TPR para repararlos–, líneas marítimas que dejaron de operar y un volumen de cargas en caída. “Nuestra política es controlar que se cumplan los pliegos de cada una de las concesiones, reiterando que son las empresas las que deben realizar las inversiones para mantener los puertos de manera operativa”, aclaró Puccini.

El sector privado busca que la terminal ponga primera para mejorar la infraestructura y sumar líneas marítimas. En ese marco, la apuesta es captar nuevos flujos de cargas, entre otras, a partir de la liberación de las exportaciones frigoríficas y los nuevos negocios vinculados al litio.

El nuevo río

En un contexto internacional donde los costos logísticos se dispararon y la economía doméstica atraviesa un fuerte proceso recesivo, las empresas encuentran en la salida exportadora una oportunidad para sostenerse en el mercado. Por eso insisten en el reclamo para que la actividad portuaria se agilice.
 
En ese marco ven con buenos ojos la intención de Pullaro de integrar los puertos públicos con la hidrovía, sobre la cual se esperan definiciones urgentes.

En ese punto, la cadena agroindustrial que reúne a los puertos privados es la que más tracciona. Apura el llamado a una nueva licitación internacional para los servicios de dragado y balizamiento de la traza fluvial Paraná - Paraguay y espera que se concrete en el término de un año. Así lo planteó Miguel Simioni, presidente de la BCR, entidad que se convirtió en interlocutora frente al gobierno nacional y en la gestora de un proyecto que contiene las demandas de los usuarios de la Vía Navegable Troncal (VNT).

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