Hornea un plan para recuperar clientes afuera y sortear la malaria argentina

El popular “no hay plata” nació como una frase de campaña, y ya es prácticamente un mandamiento entre los empresarios de la alimentación, que se preparan para hacerle frente al invierno del mercado interno (los pronósticos señalan que este año el consumo tocará el piso de las últimas décadas).

Con un doméstico alicaído, aunque la competitividad en comercio exterior todavía es una esperanza basada en la promesa del Gobierno, las empresas del sector le están buscando la vuelta para volver a seducir a los clientes internacionales perdidos y -por qué no- pescar nuevos.

En eso está La Cumbre, panificadora emblemática de Rosario, que despachó el primer camión a Brasil después de 22 años, logró un acuerdo jugoso con un cliente de Costa Rica que pisa fuerte en Centroamérica y se apresta para sumar volumen en envíos a Estados Unidos, de la mano de una distribuidora con centros logísticos en varios estados. 

Una de las patas de la estrategia de La Cumbre para incrementar el porcentaje de facturación en comercio exterior es la fabricación de productos casi a medida, adaptados a la demanda específica de cada mercado y a los requisitos de los clientes. “Tenemos un departamento específico de Investigación y Desarrollo en nuestra planta de Alvear, que está abocado a idear productos nuevos y a hacer adaptaciones en función de lo que nos van pidiendo los clientes. Cada mercado tiene una demanda específica en cuanto a sabores, gramaje de cada presentación o packaging. Queremos hacer un trabajo colaborativo con los clientes”, señaló Paulo Lanza, gerente de Comercio Exterior de la firma.  

El regreso a las góndolas de Brasil

La empresa llegó a tener 23 clientes en ese país, con una incidencia alta del producto pan dulce, pero la crisis del 2001 primero y el desfavorecedor tipo de cambio que persistió después hicieron que ese lazo se fuera diluyendo. “Hace pocas semanas dimos el primer paso para recuperar terreno en mercado brasileño con el envío de un camión de madalenas. Sellamos un acuerdo con una cadena de supermercados que tiene unas 100 sucursales en Paraná y San Pablo”, indicó Lanza, y aseguró que “la expectativa es que el acuerdo se amplíe al resto del portfolio”.     

Otro destino estratégico que ganaron en las últimas semanas es Costa Rica. “Ahí entramos con un cargamento de budines que despachamos en el Puerto de Rosario. Para nosotros es importante porque consideramos que este país será la puerta para entrar en el resto de Centroamérica”, se entusiasmó.

En Estados Unidos, La Cumbre lleva varios años como proveedora de una distribuidora que comercializa, entre otras cosas, canastas con productos regionales en el segmento de venta por suscripción. En el último tiempo, los envíos para este cliente crecieron a partir de los productos desarrollados a pedido para la canasta de Latinoamérica. “Primero nos encargaron la fabricación de mini budines de 40 g, un formato que hicimos para ellos y después terminó funcionando muy bien también en el mercado nacional. Ahora estamos variando en sabores, por ejemplo, nos solicitaron minibudines rellenos de yogur sabor vainilla”, detalló el gerente de Comercio Exterior.

A la conquista de los gigantes

En principio, el plan de La Cumbre es expandirse en mercados de gran tamaño, como el brasileño y el estadounidense, para ganar volumen. “Podemos hacerlo porque la capacidad productiva de nuestra planta de Alvear (5.000 m2) es monstruosa”, describió Lanza, y destacó también al resto de las cuatro plantas de la empresa, en especial el crecimiento de la producción de la fábrica localizada en Corrientes, dedicada en exclusiva a la producción sin tacc. 

El plan de internacionalización tiene otras aristas, por ejemplo, están presentando todos los papeles para obtener la certificación B como empresa de triple impacto, una oblea muy cotizada sobre todo en el mercado europeo, que se sumará a la ya certificada norma FSSC 22000, que garantiza calidad en los procesos productivos.

“Hay mercados a los que les vendemos hace años como Paraguay, Uruguay y Chile. El objetivo es que las ventas al exterior aumenten entre un 20% y un 30% en 2024”, concluyó Lanza.