Formularon el primer fertilizante con nanotecnología y buscan partner privado

Las partículas nanométricas no se pueden ver a simple vista, tampoco con un microscopio cualquiera. Pero aunque no las veamos, permiten alto grado efectividad si se las emplea para distintas funciones. Precisamente la marca de la nanotecnología llegó para quedarse en el agro y hay un equipo santafesino que está en plena tarea de registro para migrar a fase comercial un formulado que tiene rendimiento probado en ensayos a campo: nanofertilizante para trigo y maíz.

Detrás de la iniciativas hay integrantes de dos instituto de Conicet que operan en la capital provincial, por un lado el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape) y por el otro el Instituto de Ciencias Agrarias del Litoral (Iciagro Litoral) operando en conjunto con una empresa agropecuaria entrerriana que aportó financiamiento y dispuso sus hectáreas productivas para avanzar con las pruebas en terreno.

“Iniciamos hace cuatro años un camino para el desarrollo de nanofertilizantes y en esa línea tenemos un nivel de avance muy aceptable en lo concerniente a fertilizantes nitrogenados en base a nanotecnología. Junto con la Universidad Nacional del Litoral (UNL) hemos presentado una solicitud de patente nacional e internacional. De hecho estamos negociando una licencia con una empresa privada para lanzar un producto con fines comerciales”, indicó Gonzalo Berhongaray, ingeniero agrónomo pampeano, pero radicado con su familia en Santa Fe hace 8 años.

El fertilizante en cuestión contiene básicamente nitrógeno en distintas formas. “Le incorporamos tres fuentes de nitrógeno. Se trata de uno de los nutrientes más importantes en el agro, sobre todo en trigo y maíz que son cultivos muy importantes en Argentina, pero mucho más centrales a nivel global. Hay que pensar que el trigo y el maíz son responsables de casi el 50% de la producción de alimentos. Si bien en Argentina tenemos mucha soja, en el resto del mundo trigo, maíz y arroz son cultivos que necesitan mucho este tipo de nutrientes”, remarcó Berhongaray, en contacto con Punto biz.

Alianza con un privado

Si bien el producto está en plena búsqueda de un partner para que desarrolle la solución con fines comerciales, los profesionales detrás de la investigación aseguran que fue clave el respaldo de una firma agropecuaria que sumó financiamiento y recurso para concretar la etapa piloto. “Hay que mencionar a la firma familiar Berardo Agropecuaria SRL que tiene sede en la localidad entrerriana de Urdinarrain como organización que nos acompañó desde un principio como estrategia de diversificación de sus inversiones. Ellos pusieron capital y su estructura para que nosotros pudiésemos concretar los ensayos y hoy son los intermediarios entre quienes nos encargamos de la fase de desarrollo y la compañía que se hará cargo de la comercialización”, indicó el investigador de Conicet.

Berhongaray viene de recibir, a partir de un desembolso de la Provincia de Santa Fe, los fondos para comprar un equipo que es inédito en el país y que entre otros usos, permite también sostener el trabajo a campo de los nuevos fertilizantes. Se trata de un artefacto que permite medir prácticamente en tiempo real las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del suelo. “Hasta ahora había que enviar cada muestra a un laboratorio para establecer un indicador, ahora lo podemos hacer de una forma más sencilla. El equipo anda bárbaro y es central para encarar análisis de suelos”, puntualizó.