Empezaron en Instagram, y ahora abrieron una casona dedicada al interiorismo.

Cada habitación de Chekka Estudio encierra una propuesta de interiorismo diferente y, a la vez, todas tienen la impronta de Florencia Amsler y Agustina Kaial, madre e hija, rosarinas, y socias del emprendimiento que hicieron crecer juntas.   

Los comienzos fueron en 2019, cuando arrancaron vendiendo vajilla a través del canal online, con la marca Chekka. La pandemia jugó a favor, y el paso siguiente fue alquilar un departamento en Brown al 1800 para que funcione como showroom. Pero ese espacio les había quedado chico y el último avance -el mayor desde que se metieron en el mundo del interiorismo- fue la inauguración, hace pocas semanas, de Chekka Estudio, una casa reciclada en Brown 2400, dedicada en todos sus rincones a la decoración y el interiorismo.

Y aunque la idea de una casona antigua repleta de objetos hermosos en venta suena tentadora en cualquier contexto, en Rosario, además, es una idea novedosa. “Creemos que no hay nada similar dentro de la ciudad”, admitió Kaial. Y explicó: “La idea es ofrecer a los clientes la posibilidad de ver a los objetos que están buscando integrados en cada ambiente de la casa”, explicó la emprendedora.

El salto

La mudanza no fue solo un cambio de lugar: tener más espacio les permitió agrandar el portfolio de productos y sumar items como muebles.

Además, la casona es la clave para dar inicio formal a una nueva (pero conocida) unidad de negocios: el servicio de interiorismo. “Nos diferenciamos a nivel país por la atención ultra personalizada y naturalmente empezamos a asesorar en interiorismo sin proponérnoslo. De repente nos llamaba una clienta de Buenos Aires diciendo que quería redecorar la biblioteca con varios elementos y nosotras nos tomábamos el trabajo de dibujar el diseño en computadora y entregarle una especie de render sin costo donde la persona pueda ver plasmado como quedarían los objetos, donde ubicarlos y con qué combinarlos. Ahora tenemos una habitación especial donde atendemos a quienes tengan que decorar su living o su oficina”, explicaron. 

Y la frutilla del postre es la integración de un estudio de diseño y arquitectura a la casona, a cargo de Agustina, que está en la recta final de la carrera. 

“A futuro nos imaginamos abriendo locales en plazas en las que hoy tenemos mucha demanda, como Buenos Aires, Funes o Punta del Este. De ahí es desde donde más nos consultan”, coincidieron madre e hija.

La primera etapa del sueño está cumplida, pero siempre queda más hacia adelante.