Con la producción caída, metalúrgica puso al personal a levantar nueva nave

Con una media de ventas de pisa-rastrojos que la ubicaba liderando el mercado, las operaciones para Industrias Fragar SA se desplomaron y en lo que va de diciembre lograron colocar muy pocos equipos. La merma en las operaciones obligó a los propietarios de la pyme metalmecánica a adelantar las vacaciones de parte del personal hasta el 15 de enero, aunque decidieron mantener operativos a los más jóvenes. Para intentar avanzar con la adecuación de la infraestructura para cuando llegue el repunte, al 20% del plantel le ofrecieron quedarse en la fábrica, pero para levantar una nueva nave.

Con sede en la localidad cordobesa de Monte Maíz -muy cerca con el límite de Santa Fe- inicialmente Fragar se especializó en el diseño y producción de rolos pisa-rastrojos para protección de neumáticos de tractores y cosechadoras. Dicho producto es el caballito de batalla de la empresa que no obstante logró incorporar otros artículos al portfolio, fabricando hoy controladores de malezas, desmalezadoras y cosechadoras especiales. Pero ni la diversificación de productos pudo con una demanda planchada y la firma se puso en stand by.

“Por un lado la sequía y por el otro la llegada de nuevas reglas de juego a la economía: ambos fenómenos impactan en la demanda que en diciembre se cayó abruptamente”, indicó David Ávila, gerente comercial de Industrias Fragar, en contacto con Punto biz.

A tal punto el panorama se complicó que directamente los titulares de la pyme decidieron parar la producción. “Suspendimos a parte del personal desde el 20 diciembre al 15 de enero, esperando que para ese momento el escenario empieza a ser el de la reactivación”, expuso el ejecutivo.

Ahora bien, no cesantearon a todo el plantel. “Al 20% del equipo les propusimos quedarse en el complejo industrial pero con otro objetivo, que terminaron aceptando. Hoy se están dedicando a levantar las bases de la nueva nave fabril de 1.575 m2 en un terreno que adquirió la compañía y anexó a la superficie tradicional”, planteó Ávila.

“Realmente valoramos mucho la actitud del personal que entendió perfecto lo que atraviesa la compañía, tanto los que por ahora no están trabajando, como los que se pusieron manos a la obra sabiendo que es probable que llegue la reactivación”, se esperanza el gerente.

El derrotero de las ventas menguó fuerte sobre el fin de año. “Cuando la media de operaciones va de colocar entre 80 y 120 máquinas pisa-rastrojos por mes, en noviembre bajamos a 34 unidades y en lo que va de diciembre pasamos a solo 6 dispositivos. Son datos que revelan el estado del mercado”, señaló.

El plan de la compañía, al margen de la baja en las operaciones es el de reincorporar a la totalidad del personal que hoy está suspendido apenas se reactive un mercado que se espera reaccione positivamente ante la buena cosecha gruesa que se aproxima.