Cinco amigos revelaron el secreto mejor guardado de Pichincha

Ubicado en pleno barrio de Pichincha, cinco amigos y socios reformularon el concepto de speakeasy (bar exclusivo y a puertas cerradas) poniéndole su impronta a un nuevo emprendimiento gastronómico. El Secreto Bar no se sitúa precisamente en una ubicación secreta y no requiere de contraseña o clave para ingresar. Pero el local de Alvear 134 (entre Salta y Jujuy) sí tiene su misterio. 

A primera vista es un restaurante como cualquier otro. Pero después se hace la magia. En el salón "A" se sirven los platos principales; a lo largo del local se encuentra el salón "B", más distendido y dinámico, ideal para tapear, tomar tragos, bailar y organizar eventos.; y al fondo está el secreto mejor guardado del lugar: un patio que después de la medianoche se transforma en "bar escondido". 

“En un primer momento, pensamos al espacio de 285 m2 como un speakeasy, pero nos dimos cuenta de que es difícil llevarlo a cabo en ciudades como Rosario, donde no hay tanta oferta turística como en Buenos Aires. Entonces, El Secreto está diseñado como un lugar donde uno puede ir a cenar o a tapear algo, y más tarde se queda a tomar y a bailar. Incluso está la idea de contar con djs y bandas en vivo”, explicó en conversación con Punto biz Andrés Moresco, uno de los socios del bar. 

Si bien El Secreto Bar se encuentra en pleno corazón de Pichincha, busca diferenciarse de la oferta existente con otro tipo de propuesta. “No queríamos recaer en la típica cervecería de Pichincha, sino que queremos darle al público que frecuenta el polo gastronómico otra experiencia. Es para quien se quiere sentar a comer un buen ojo de bife o un buen plato principal con coctelería de autor”, agregó. Además de los platos principales, el fuerte del negocio es la carta de tapeo y la coctelería clásica y de autor, pensada por un bartender reconocido de Buenos Aires.

El concepto

Los cinco amigos detrás del restobar vienen de distintos rubros, pero ninguno del palo gastronómico. Henry Bled (construcción), Joaquín Villafañe (dueño de una marca de gin de Buenos Aires), Juan Manuel Gallardo (finanzas) y Agustín Gimenez (ahora maneja la gerencia y administración de El Secreto) empezaron a cranear la iniciativa de Andrés (dueño de la franquicia del gimnasio Big Fit en Puerto Norte) para incursionar en el rubro.

Los socios mezclaron sus conocimientos y pusieron manos a la obra. La ubicación del local era perfecta, pero necesitaba una reforma importante, dado que se trataba de una propiedad muy deteriorada. Demolieron dos departamentos de pasillo y conectaron el local contiguo que una vez albergó un local de venta de cajas fuertes, pero que estuvo desocupado por años. 

Así, lograron transformar el espacio en un ambiente cálido, con mucho verde y con distintos sectores. El Secreto abrió sus puertas hace dos semanas con una capacidad para 130 cubiertos en total.