Cayeron hasta 70% las ventas en las grandes de línea blanca: cómo sobreviven

Eliminación de turnos de producción, despidos o reducción del número de contratos hoy son la nota diaria en la industria santafesina. Los casos particulares sintonizan con las estadísticas: la manufactura cayó 5,4% interanual en febrero, según la Federación de Industriales de Santa Fe (Fisfe), y quedó en su marca más baja de los últimos 8 años.   

Las industrias de línea blanca, que tienen línea directa con el consumo, vienen sintiendo fuerte la sangría del poder adquisitivo: Punto biz confirmó que empresas como Liliana y Electrolux, dos jugadores de peso radicados en el Gran Rosario, decidieron no renovar más de una centena de contratos cada una en los últimos meses.

“La caída de la producción es del 40%”, confirmó Leonardo Jacobson, titular de Liliana, y admitió la decisión de ajustar contratos. La compañía -que el año pasado había completado una inversión de $2.500 M para ampliar su planta- dice estar sacando trucos de la galera para no pasar la podadora por la planta permanente. “La estrategia es diversificar la oferta, sumar líneas de productos que antes no trabajábamos para generar demanda adicional y tratar de recuperar algo del terreno perdido”, señaló. 

En la misma está Crivel, fabricante de las heladeras Costan, que vio su producción desplomarse en un 70% (en lo que va el año cesanteó una veintena de contratos). 

Otra estrategia que juega ahora que el Gobierno blanqueó su intención de flexibilizar el ingreso de productos importados: empresas como Electrolux y Liliana, que tienen aceitado el intercambio, diversifican oferta incrementando la variedad de electrodomésticos que llegan en containers.  

Del dólar regalado al mazazo del precio de los insumos

Los industriales coinciden en reclamar al Gobierno que afloje con la presión impositiva. Aseguran que entre el 17,5% que tributan de Impuesto País cada vez que importan insumos, y el resto de los impuestos, la competencia con los electrodomésticos que se fabrican afuera es inviable y desleal. 

Ahora bien, hay que decir todo: la industria venía de un año en el que había conseguido el dólar oficial a precio de ganga, beneficio que, se supone, sirvió para que las empresas se tecnifiquen y se pongan a la altura del mercado internacional.

Por otra parte, los fabricantes de línea blanca -igual que otros sectores- bailaron con una fea a finales de 2023, cuando los proveedores aumentaron los insumos pensando que el nuevo Gobierno traería bajo el brazo un dólar por arriba de los $2.500. Los precios de la chapa y el plástico, presente en la mayoría de los electrodomésticos, se fueron por las nubes en ese momento, y se estancaron en los meses posteriores. 

Según el Sistema de Indices de Precios Mayoristas (SIPM) publicado mensualmente por el Indec, la categoría Productos metálicos excepto máquinas y equipos subió 73,1% de noviembre a diciembre pasado y el vertical Productos de caucho y plástico 68,3%. En la comparación interanual (diciembre 2022 v. 2023) el incremento superó el 340% en metálicos y el 316% en plásticos.

Para febrero, el incremento intermensual se había frenado en seco: el aumento se clavó en 3,5% para productos metálicos. Ese mismo item, de marzo a abril, ya casi no tuvo variación en su precio mayorista (+0,5%).