Cambió de manos un desarrollo inmobiliario que viene estancado hace años

En el ex emplazamiento del Rich -restaurante emblemático de Rosario- hay una enorme estructura de hormigón paralizada desde hace 10 años. Allí -San Juan 1031, pleno centro rosarino- había arrancado la construcción de un importante complejo de viviendas a cargo de Lucio Di Santo, entonces dueño de Micropack, y la constructora Fundar. Finalmente, la obra quedó frenada indefinidamente. 

Ahora, Punto biz pudo confirmar con los protagonistas que los terrenos cambiaron de manos, pero que el proyecto sigue en pie, y tiene fecha de relanzamiento.  

El traspaso se efectuó sin operación de compraventa de por medio porque tanto el inmueble ex Rich como el terreno aledaño (que habían sido comprados por Lucio) fueron parte de la repartija de propiedades y negocios que acordaron Di Santo y sus hijos, Lelio y Luciano, ante diferencias irreconciliables en el manejo de las empresas del grupo económico. 

“Los chicos se quedaron con Indisa, la sociedad dueña de ese terreno, y con Micropack. Yo me quedé con los shopping Paso del Bosque, entre otros negocios que se repartieron”, confirmó Di Santo padre a Punto biz. Sobre los motivos del distanciamiento, explicó: “Había diferencias conceptuales y decidimos que lo mejor era que cada uno tuviera libertad de decisión en sus empresas”.

A la salida de Lucio le siguió la de Fundar, que también se retiró del proyecto aunque ya había completado la primera etapa de la obra. “En su momento, los nuevos dueños de la familia no estaban seguros de querer continuar. Y como una obra parada implica ciertos riesgos, preferimos salir, sin perjuicio de volver a conversar más adelante si nos llaman”, le dijo Ángel Seggiaro, socio fundador de Fundar, a Punto biz. 

Por su parte, Lelio Di Santo confirmó a este medio que ni él ni su hermano tienen intención de vender esos terrenos. Por el contrario, indicó que piensan retomar el proyecto inmobiliario en 2025. “Estamos lejos de querer desprendernos de ese lugar, apenas se estabilice el contexto macroeconómico del país vamos a relanzar el proyecto. Estamos hablando de 2025 porque durante todo el año que viene vamos a estar abocados a la apertura de las nuevas sucursales de Micro Go”, aclaró.

El proyecto tuvo varios ida y vuelta en su diseño y funcionalidad. Inicialmente -la compra fue en 2009- se había pensado como un edificio de viviendas y oficinas, pero el proyecto cobró impulso en 2012 cuando se decidió que, además de los departamentos, se construiría un hotel e incluso se planteó un revival gastronómico con un nuevo restó. El Concejo había aprobado la construcción de 14 pisos y la estructura de hormigón quedó terminada. Desde entonces funciona como recordatorio de que allí hay una historia inconclusa.

Leandro N. Alem y Mirtha Legrand fueron comensales

El inmueble de San Juan y San Martín fue el emplazamiento del Rich en sus años dorados. Fundado en 1932, la popularidad que alcanzó este restaurante con capacidad para 200 cubiertos no tiene parangón histórico: se sentaron en sus mesas Lisandro de la Torre y Enzo Bordabehere, Luis Sandrini, Mirtha Legrand y Mercedes Sosa, entre otros.

A tal punto ir al Rich era sinónimo de comer bien, que en aquellos años entre los rosarinos se popularizó la frase: “Y si no te gusta mi comida, andá a comer al Rich”.