Argentinos que reman nuevos negocios: cómo emprender en tiempos de crisis 

“No se dejen contagiar de las malas noticias, Argentina es un país de oportunidades”, fue el mensaje con el que Alejandro Larosa, presidente del Board Endeavor Rosario, cofundador de Fyo y Agrofy, abrió la última edición de Experiencia Endeavor, el evento de emprendedores más grande del país, el jueves pasado en Rosario.

Horas después, el dólar saltaría la barda de los $800, pero los pasillos del Metropolitano se mantuvieron casi impermeables al clima de abismo económico. 

“No vivimos en una nube y no nos da lo mismo que está pasando en nuestro país, pero así como no negamos esa realidad decimos que también hay otra. Los problemas de Argentina nos afectan en lo emocional y complican al emprendedor local pero, por poner un ejemplo, para nuestra empresa el impacto que tiene que mañana el dólar suba $20 es prácticamente nulo. Y eso vale para muchos de los que estamos acá, y tiene que ser una meta para los que están empezando”, señaló Bernardo Milesy, fundador de Glocal, el fondo de inversión nacido en la ciudad y especializado en Agtech, que fichó a alguna de las startups nacionales que luego levantaron más capital afuera.

A esa capa de vaselina se refieren los gurúes del emprendedurismo argentino cuando les insisten a los que están arrancando con el mantra de “pensarse globales”, que podría traducirse como mantenerse al margen del día a día del mercado nacional. “Es una invitación a construir en Argentina empresas que no dependan de Argentina. Si a nuestro país le va mejor, a los emprendedores les irá mejor, porque va a haber más inversores, pero si no, igual les puede ir bien porque van a conseguir inversores y fondos de otros lugares”, indicó Milesy. 

¿Y a los inversores extranjeros la inestabilidad económica no les supone ningún reparo a la hora de abrir la billetera para apostar por un negocio con base acá? La clave, dicen, no es dónde está basado el emprendimiento, sino a qué mercado apunta. “Si el 80% de tus ventas son o están proyectadas en Rosario, no funciona para el inversor. Explícale cómo vas a hacer para que Argentina sea el 20% de tu facturación. Tenés que lograr algo que sea vendible en Colombia, en México, en Brasil, en Estados Unidos. Pensarse globales no es algo simple de lograr, pero es viable”, aseveró Milesy. 

Una forma de abrir mercados y despegarse de los problemas vernáculos es enfocarse en productos que resuelvan un abanico de problemas, en cambio de monoproductos. “A veces sucede que el emprendedor arma su modelo de negocios en base a un producto basado en una plataforma tecnológica para resolver, por ejemplo, un problema del agro, y en el camino descubre que esa plataforma puede servir para atacar problemas en otros sectores, como la salud. Hay que apuntar a la versatilidad”, subrayó Florencia Locascio, del equipo del fondo SF500. 

La odisea de los insumos

Los emprendedores la pintan menos rosa, pero no le terminan de bajar la persiana al optimismo. “En Puna Bio hicimos un camino heroico”, describió Elisa Bertini, fundadora de la startup tucumana que lleva levantados u$s3,7 M e irá por una segunda ronda de negocios en enero, tras la meta de los u$s15 M.
Para Bertini, la clave fue que los fertilizantes que producen apuntan al cultivo de soja, el único negocio en el que Argentina lideró en los últimos años. 

“Hubo muchas cosas que tuvimos que remar a pulmón, por ejemplo, nos costó mucho conseguir un lugar físico. Hoy tenemos nuestra planta en plena marcha en el terreno de una universidad privada, pero costó, y recién ahora hay un grupo de empresas hablando de formar un polo tecnológico en Tucumán”, recalcó.

Ahora bien, el lastre que la mayoría de los emprendedores coinciden en señalar es el cepo importador a los insumos. La imposibilidad de conseguir, por ejemplo, reactivos, es la muerte de la competitividad argentina, y fuera de micrófono muchos admitieron que hacen lo imposible, como hacerse traer insumos por familiares y amigos que viajan, para seguir adelante.