Argentina en el espejo israelí: ¿pueden las startups remontar la economía?

El presidente Javier Milei encuentra varios puntos de encuentro entre nuestro país e Israel. Uno de ellos es la admiración al “milagro israelí”, como se le llamó al acelerado proceso de recuperación económica que experimentó el país de Medio Oriente a mediados de los 80´. En poco tiempo, los israelíes frenaron en seco el proceso de hiperinflación (que entonces llegó a ser del 444% anual). Hoy, los precios aumentan un 18% al año en Israel.

Además de una batería de reformas -impositiva y laboral-, el repunte coincidió con el boom de la economía del conocimiento, sector que hoy es responsable de la mitad de las exportaciones de Israel. En plena crisis, el país de Medio Oriente se metió de lleno en el mundo de las startups, y hoy es el cuarto del mundo en cantidad de empresas emergentes ligadas a la tecnología, solo detrás de mercados incomparables en escala, como el de China y el norteamericano.

Vale la relación con Argentina para entender el potencial: Israel tiene el 1% de la superficie de nuestro país y el 20% de la población, pero su PBI per cápita cuadriplica a la cifra argenta. ¿Cómo lo hicieron concretamente?¿Se puede replicar el modelo aquí?

Para responder esas y otras preguntas, Oren Gershtein fue protagonista unánime de uno de los paneles de Experiencia Idea Rosario. Gershtein es CEO de Ideality Roads, una aceleradora líder a nivel global; fue y es uno de los protagonistas de la expansión tech en Israel, y además conoce las particularidades argentinas porque es socio del Centro de Innovación Tecnológica, Empresarial y Social (Cites), de Sunchales.

Sin plata no hay “startup nation”

Frente a un auditorio colmado de empresarios propensos a las ideas libertarias y liberales, Gershtein aseguró que, en su experiencia, la clave es que en una primera instancia sea el Estado el que abra la billetera para invertir con alto riesgo, por una simple razón: “está probado que en ningún lugar del mundo las empresas asumen el riesgo cuando es alto, y eso termina haciendo fracasar a las buenas ideas”. En cambio, los privados sí reparten fondos -y en grandes volúmenes- cuando la startup ya está madura.

“Entonces, la forma de garantizar la continuidad del ecosistema es que sea el Estado el que ponga los fondos en un principio para que las empresas puedan expandir su dinero después”, dijo Gershtein.

Puso un ejemplo concreto: “La primera alianza entre privados y sector público para apoyar startups en Israel se inició con la compra de 10 pequeños capitales de riesgo de parte del Estado. Desde ese momento y hasta hoy, el Estado aporta 7 dólares por cada dólar que pone un privado en la instancia inicial de una startup. Luego, cuando el desarrollo de la startup está avanzado, el 90% de los fondos son privados y solo el 50% de esos fondos son israelíes. El Estado tiene que amortizar el riesgo”. Y siguió: “El establecimiento de un ecosistema de empresas emergentes no es un proceso espontáneo, es responsabilidad del Gobierno. Actualmente, el estado israelí gasta -y recalco que dije gasta y no invierte- más del 5% de su PBI en innovación, que es el doble del promedio de los países de la Ocde. En el caso de Argentina, ese porcentaje es 0,5%”.

Qué hicieron, punto por punto

Lo primero, según Gershtein, fue crear una agencia gubernamental que gestione y centralice toda la actividad.

Lo segundo fue transformar en política la decisión de que sea el Gobierno el que asuma la parte más significativa del riesgo en un inicio. “La condición es innegociable: si te va bien, devolvés pagando, pero si no te va bien, no hay gravamen, no hay responsabilidad, no hay préstamos que pagar, todo será cubierto por el sector público”.

En tercer lugar, deben estipular incentivos fiscales o exenciones de impuestos para inversores privados, extranjeros e institucionales.

Otra cosa que garantiza el Estado de Israel: se hace cargo del 100% del costo de las patentes cuando alguien quiere proteger su idea. 

Argentina en el espejo israelí

Nuestro país no tiene nada que envidiarle a Estados Unidos, Reino Unido e Israel en materia académica: hay una cantidad similar de investigadores, que publican una cantidad similar de papers. “Lo que tienen en común los investigadores en todos lados es que no saben como gestionar y escalar una empresa emergente en un principio. Pero es algo que se aprende en un plazo corto de años. Hoy se enseña innovación desde la secundaria en Israel y los entrepreneur gozan de muy buen status social”, dijo. 

En el plano cultural, Argentina tiene otros desafíos, teniendo en cuenta que Innovación es una materia que se da desde la secundaria en Israel, y que la figura del emprendedor goza de un importante status social. “Esos son cosas que cambian en poco tiempo, Argentina tiene todas las condiciones”, dijo Oren, y aseguró que, una vez que se pone en marcha el ecosistema, en un plazo de 3 a 5 años se empiezan a ver resultados. 

Por último, el CEO evaluó los tipos de startups más prometedoras en el corto plazo: IA, computación cuántica y comunicaciones 5G.