Abre nueva sucursal uno de los bares más tradicionales de Rosario 

Uno de los bares más tradicionales de Rosario está a punto de comenzar a escribir un nuevo capítulo de su rica historia. Ubicado en la esquina de Salta y San Nicolás, El Rosarino cuenta con casi 100 años de trayectoria, pero cuando en 2019 un grupo de empresarios gastronómicos logró recuperarlo del olvido la propuesta tomó un nuevo impulso. Hoy, El Rosarino es famoso por sus sandwiches y tapas españolas en el Cruce Alberdi y se prepara ahora para llevar la receta al centro de la ciudad. 

El plan de expansión ya está en marcha, y El Rosarino abrirá en los próximos meses un nuevo espacio en Tucumán 1159, local donde supo funcionar durante largos años La Baska Empanadas. A diferencia de su sede original, que cuenta con un amplio salón de atención al público, la sucursal del clásico bar tendrá un formato de comida al paso para comer en barra y servicio de delivery, punto donde buscará hacerse fuerte con el público del centro. Eso así, mantendrá la premisa de siempre: una experiencia gastronómica que propone un viaje a los sabores y platos típicos de España.

“Nosotros estábamos buscando algo en el centro dado que tenemos mucho público en la zona y no llegábamos con los deliverys desde el Cruce Alberdi. Además, necesitábamos más espacio de producción, y este nuevo local nos permite ampliar el área cocina y a la vez probar otro formato”, describió a Punto biz Miguel Avalle, también responsable del coqueto restaurante Refinería, y que años atrás tomó el desafío de reciclar El Rosarino, manteniendo su estilo. El nuevo local servirá la misma carta que el bar de Salta y San Nicolás, pero en lugar de tener servicio de mesa dispone de una gran barra. 

“La carta de El Rosarino tiene mucha amplitud, porque es comida diaria, cocina de bar, pero también minutas, sándwiches, pizzas, y clave es la bollería con panes de masa madre. El nuevo espacio que estamos preparando en el centro contará con la particularidad que la cocina abrirá con la misma carta desde las nueve de la mañana hasta las doce de la noche”, apuntó Avalle, y destacó el hecho de que toda la producción desde la mayonesa a los panes de los sándwiches son de elaboración propia, al igual que las pastas y las hamburguesas. 

El nuevo local de El Rosarino ocupará el espacio que dejó vacante el año pasado La Baska Empanadas, un clásico que perduró durante décadas en el centro de Rosario, resistió la pandemia pero terminó bajando la persiana. La apuesta viene a renovar una de las zonas más tradicionales del centro, a escasas cuadras de la peatonal Córdoba,y frente a la Plaza de la Cooperación. Allí, asoman proyectos que prometen revitalizar el área como una cafetería de especialidad que se instalará a pocos metros.

El Rosarino abrió en 1923, año en que Manuel Antonio Castaño, su fundador, llegó a Rosario desde Asturias. Primero levantó las persianas en el Cruce Alberdi, pero por el ensanche del Cruce Alberdi, el local fue demolido y Castaño se mudó en frente, en San Nicolás al 200. Su hijo, Roberto, continuó con la tradición familiar hasta el año pasado que debió cerrar sus puertas, debido a “los altos costos”, según aseguraron en su momento. Avalle y un grupo de socios con vasta experiencia en el rubro gastronómico rescató un ícono del barrio y lo revitalizó. 

Si todo marcha de acuerdo a los plazos previstos, el nuevo bar El Rosarino abrirá en el transcurso del mes de septiembre. “Es un formato que a todos nos gusta, aunque te puedas sentar en una barra el servicio es más ágil, del estilo de los que hay en España. Creemos que puede funcionar en el centro, que está tan poblado y que muchas veces la gente está con otro con otro tiempo y no puede sentarse a una mesa”, dijo Avalle.