"La ropa de afuera genera una competencia desleal con las empresas locales"

El Gobierno de Javier Milei tomó medidas -regirán a partir de diciembre- que simplificarán y abaratarán las compras online en el exterior desde Argentina. Entre las modificaciones, se ampliará el límite de pequeños envíos vía courier, que pasará de u$s1.000 a u$s3.000, y se bajarán aranceles para artículos personales importados.

Esta baja puede generar un ahorro para los consumidores de hasta un 40% en relación con los precios del mercado local, lo que puede resentir con fuerza en la industria textil local. 

En diálogo con el programa radial Base de datos (lunes a viernes de 10 a 12 hs por FM Meridiano 107.1), el titular de las marcas This Week y O'assian Jeans, Sergio Colatti, analizó la situación del rubro y explicó cómo los costos para fabricar la indumentaria en Argentina encarecen el precio final de las prendas que se comercializan en el mercado interno. 

- Ustedes dan mano de obra, pero la indumentaria sale muy cara en la Argentina. Y cuando la gente puede comprar algo barato afuera, lo hace. ¿Cómo se sale? 

- La situación es compleja. En mi opinión, ningún empresario dejaría de importar productos si pudiera hacerlo a un costo razonable. Por ejemplo, una campera de marcas conocidas, como Uniqlo, específicamente el modelo canelón, tiene un valor de apenas u$s10 o u$s12 en China. Si uno pudiese traer de esa manera, sin los costos país que tiene Argentina, podríamos venderla como en cualquier otra parte. La ropa es cara no solamente por el costo, ni por el señor que hace la costura o por el empresario. En algunos casos sí, en algunos casos obviamente son precios exorbitados que no responden a ningún lineamiento lógico. Pero, en líneas generales, además del costo en sí, hay un costo país que es 100 veces mayor en comparación con un país como Estados Unidos. 

- ¿Cómo es en Estados Unidos?

- Estados Unidos no paga aranceles para importar, tiene un único impuesto de un tax que es de un 8% contra un 21% acá. Ni hablar de todos los otros incrementos, de impuestos, de ingresos brutos, ganancias y toda la carga impositiva que tiene un producto en Argentina. Y eso hace que el producto llegue a ese valor, que la gente diga “es más caro que lo que vale afuera”. Las reglas no son justas. Yo siempre, aún en la época de Guillermo Moreno, he mandado cartas, me he reunido pidiendo que nos permitan trabajar en igualdad de condiciones, que nos permitan ingresar materia prima. Siempre requerí que no me dejen entrar producto terminado para poder dar trabajo, para que los talleres no se queden sin trabajo, que el lavadero no se quede sin trabajo, para que toda la línea productiva argentina no se quede en la calle. Esto ya lo vivimos con Carlos Menem. El no costo de impuesto que tiene la ropa de afuera y la posibilidad de importarla libremente genera una competencia totalmente desleal contra las empresas locales. Los costos son totalmente desproporcionados. 

- Cuando hablamos de costo, ¿nos referimos solo a impuestos o también a los manufacturadores textiles locales que están protegidos y hacen que se pague un costo muy caro por la materia prima de ustedes? 

- Acabás de hacer una mezcla perfecta, porque hay de las dos cosas. Hay abusadores, yo siempre digo que la cosa hay que denunciarla y hablar como corresponde. No hay que ocultar nada. Acá hay señores que, a veces, cuando le cierran la industria, se abusan pescando en una pecera, como TN Platex, que lo veo dando discursos, el señor Teddy Karagozian en todo el mundo hablando, siempre lo convocan de toda la TV. Y la verdad es que son tres empresas que cuando no se puede ingresar, se ponen de acuerdo y el valor del algodón, siendo un commodity en el mundo, a veces acá se vende más caro que el algodón egipcio. No podemos ni hablar de la comparación de calidad.

Pasa que cuando se cierra la economía, hay abuso. Sí, hay abuso. Yo trabajo con la mejor materia prima, trabajo y me codeo con un montón de talleres y manufactureros, con muchos que les fabrican también a otras empresas, donde el mismo producto con la calidad similar a la mía, vale 6 o 7 veces más. A pesar de todo, tanto This Week y O'assian Jeans, las dos marcas que yo represento, no han tenido caída en ventas porque ofrecemos un producto honesto a un valor razonable. Pero porque hacemos un esfuerzo titánico en tratar de limar todas las aristas para que así llegue al precio.

Después hay de los dos componentes. Hay empresarios que se abusan. De hecho, vos fijate que siempre escuchás: “aumentó porque aumentó el dólar”. Ahora, hace un mes y medio que baja el dólar. ¿Vos viste bajar algún precio? En absoluto. Cuando pasó toda esta exponencialidad de la inflación y todo el dólar que se disparaba, los importadores eran reyes que te marcaban con línea y te pegaban con el puntero. Ahora están todos muy receptivos, están todos humildes, están todos “bueno, por favor, te doy plazo, fijate que vemos”. Algo se ha ido acomodando en el final de este camino cuando empezó el mercado a estar recesivo, que sería lo que la gente tendría que hacer. Si aumenta por cuatro días el tomate, no compres, esperá unos días y vas a ver cómo baja. Tiene que haber un corregimiento. 

- ¿Y cómo creés que se tiene que hacer?

- Acá nunca se puede hacer nada en forma individual, tiene que haber una mesa seria de empresarios, Estado, municipio, provincia, porque después hay un montón de otras cosas que están. Santa Fe tiene un costo de ingreso bruto altísimo. Y la palabra te lo dice: ingreso bruto, es una aberración. O sea, te cobran porque te ingresa. No se sabe si vos con ese ingreso vas a poder pagar los salarios, si vas a poder pagar los alquileres, etcétera. Yo te cobro porque te ingresa. No solamente eso, sino que a veces hasta tenés que adelantar lo que tenés que pagar. Y esa es la parte extorsiva, la parte de tasa municipal. Todo eso es el extra costo que después se vuelca al producto. Hay empresarios inescrupulosos pero, en mi caso, la verdad que no me cabe. Soy consciente, tengo 100 personas arriba de mi espalda, trato de ser lo más serio y honesto posible, no solamente con mi gente, sino con mis clientes. La marca tiene más de 35 años y la tengo que cuidar. Ha sido mi gran aval y por lo cual seguimos estando en pie. Ahora, es una competencia muy desleal porque todas las cosas son espasmódicas. Ninguna medida se toma a conciencia en forma global que trate de amparar la mayor cantidad de patas de la mesa. Nada va a conformar en un todo, pero por lo menos sentarnos a ver cómo hacemos el menor daño. 

- Cuando hablas de desregular costos, los impositivos y los productivos también, ¿por qué lado habría que trabajar? 

- El tema laboral es tremendo. Hasta este Gobierno nacional, que aparentemente es bastante vehemente para algunas cosas, cuando llega el momento de sentarse con la CGT a todos les tuercen en el brazo. Es una locura. Yo te pregunto a vos en la radio, si tenés un buen operador en tu radio, ¿vos lo echás? ¿Vos echás a un buen productor? ¿Vos despedís a alguien que hace bien su trabajo o te matás por conseguir uno? El costo de un empleado significa un 50% más allá de lo que le llega a su bolsillo. Mirá lo que sería ese empleado con esa gran carga, donde además después van a hospitales o a sanatorios que son deficitarios, muchas veces les bloquean el servicio, a veces no les dan la operatoria que tienen que tener. Y lo sé porque tengo que socorrer más de una vez a empleados míos que están amparados en algún que otro sindicato, a veces en algún empleo de comercio, otro en textil. Y, sin embargo, a veces el costo de ese 50% que no llega al bolsillo del empleado y para el empleador implica un costo altísimo, es tremendo. Ni hablar cuando hay un momento de crisis, que ese es otro problema. No voy a dar nombres porque tengo un gran hermano mío de la vida que trabajó, un empresario muy, pero muy serio, muy grande. Tenía más de 400 empleados en este país, en nuestra ciudad. Y, sin embargo, se le fueron años de su vida en una crisis en la que tuvo que acomodar a su estructura. Porque cuando está todo bien, somos todos bárbaros. Pero cuando te apagan la luz, el empresario queda atrapado. Porque después achicar una estructura, después de los tres meses de prueba, ahora seis meses como gran cosa, vos tenés el costo de un salario por mes, por año, más todas las cargas, preaviso, se te hace inviable. Llega un momento en el que tu empresa tiene patrimonio cero, con toda esa carga corrosiva que te va arrastrando a lo largo de todo un tiempo. Y te lo dice alguien al que le va bien. Yo estoy muy contento.Tengo un grupo de trabajo espectacular, no tengo mayor problema, tengo relación muy buena con el sindicato. Pero el costo es terrible. 

- La última pregunta tiene que ver con la movida en una esquina icónica de la ciudad, como Corrientes y Córdoba. ¿Ya inauguraron ahí?

- Sí, la esquina para nosotros es una cocarda muy grande. Fue una noche de emoción muy grande, porque después de la pandemia todos salimos muy heridos y era inimaginable en ese momento pensar en abrir un local de esa magnitud y en esa esquina. Ahí tenés un ejemplo de lo que pasa cuando funcionan todas las partes. A diferencia de lo que muchos pueden creer, ahí no hay un shopping que te mate con los costos y demás. Me senté con un señor que es el dueño de la propiedad, que es un caballero, me allanó un poco las cosas, me limó las posibilidades para poder abordar. Y contra eso yo le dije: “Gracias a esta gestión voy a hacer que tu esquina brille de nuevo”. Porque la verdad es que tuvo unos años en los que no se lucía. También estoy tratando a través de la municipalidad y demás, que no sea nuestro local. Porque yo no solamente necesito que nos vaya bien, necesito que le vaya bien a mi ciudad, a mi provincia, a mi país. Y les dije para trabajar en conjunto y te encontrás con un montón de trabas. Dije “posicionemos de vuelta a Corrientes y Córdoba, demos seguridad, pongamos un seguridad por cada esquina”. El tema del estacionamiento, que es un drama en el centro. ¿Por qué está tan castigado en el centro y vas a un shopping? En el shopping tenés aire acondicionado, estacionás fácil y gratis. 

- Es un dolor de cabeza ir al centro.

- Es tremendo. Muchos invitados de la inauguración se tuvieron que ir corriendo porque la cochera de enfrente, que encima te mata con el valor, cerraba a las 21 hs y todas las demás ya estaban cerradas. Pero es como el huevo y la gallina. Cierran porque no hay gente, la gente no va porque tiene miedo. Salvo la noche de las peatonales y un par de cosas más, no hay un trabajo en conjunto. Y no hay salida ni éxito posible si la sociedad no se junta toda.