Tras ganar una obra "colosal", se reinventan con nuevo negocio

Silbando bajo, desde 1980 hasta hoy, la rosarina Tensar consolidó uno de los complejos industriales más importantes de la región, con 12 hectáreas y 70.000 m2 cubiertos localizados en el Parque Industrial de Alvear.

Allí producen elementos de hormigón premoldeados y pretensados, que utilizan para construir naves industriales, edificios o estadios, y que también comercializa en corralones. Además, en el mismo predio funciona una fábrica de poliestireno expandido (o telgopor), y -en base a un convenio con Acindar- una planta de cortado, doblado y prearmado de hierro para la construcción, con capacidad para 2.000 Tn mensuales.  

En los últimos meses, Tensar continuó sumando patas a su negocio, en tanto que incursionó en la fabricación de un producto que es tendencia en la construcción: el pavimento articulado (solado compuesto por piezas prefabricadas de hormigón sobre una capa de asiento de arena).

“Construimos una nave de unos 2.000 m2 en el complejo y trajimos de afuera el equipamiento para la producción. Además, tuvimos que hacer las inversiones necesarias para lograr una mayor potencia eléctrica y obtener más vapor para el curado del material”, explicó León Kozuch, uno de los fundadores de Cachero & Kozuch, el grupo económico al que pertenece Tensar.

“Es un producto pensado para profesionales de la construcción, con el diferencial de que son modelos originales, no se ven en otro lado”, explicó el director de Tensar, Eduardo Kozuch.  

Por el lado del canal arquitectos viene, además, otra nueva unidad de negocios que se está cocinando en el área de investigación y desarrollo: el plan es hacer pie en el segmento de viviendas prefabricadas, pero con una fórmula muy diferente a la existente.

“La idea es ofrecerle a los profesionales una nómina exhaustiva de elementos prefabricados que tengan la misma calidad que la construcción tradicional, pero que los costos y los tiempos de ejecución sean los del sistema de prefabricadas. Con el servicio de Tensar, el arquitecto podrá, por un lado, armar un proyecto a medida y no depender de modelos de vivienda estándar. Por el otro, se garantiza el cumplimiento de los plazos de obra, porque como las piezas se fabrican bajo techo no hay incidencia del clima ni de ningún aspecto adicional a nuestro trabajo. Ajustando tiempos, es mucho más fácil no correrse de los costos que se plantearon en un principio”, explicó León Kozuch.   

El montaje de la obra correría por cuenta de Tensar, que pondrá a disposición sus grúas y equipos, pero respetará las indicaciones del arquitecto. 

“Creemos que la de las prefabricadas es una tendencia que viene con fuerza por la ventaja del control de tiempos y de costos, pero es un mercado en el que hay mucha chantería. Nuestro objetivo es crear un sistema que ofrezca el mismo o mayor confort que la construcción tradicional en cuanto a los materiales y las terminaciones”, detalló León. Y recordó: “Yo mismo he padecido el mal uso del método porque en mi juventud viví en una prefabricada de madera. Recuerdo no poder dormir adentro por el calor que se generaba en la casa. En ese sentido, garantizar la calidad es dignidad para la persona que está haciendo el esfuerzo de construir su casa”, recordó Kozuch padre. 

La idea es que la nueva unidad de negocios esté rodando en un año. 

Construir historia en la ciudad  

Tensar tiene 44 años en el mercado y el grupo Cachero & Kozuch Ingenieros Civiles está cerca del 60° aniversario, sin embargo el 2024 será un año para recordar en la línea histórica de la firma, en tanto que se quedaron con la licitación para construir la nueva tribuna superior este del estadio de Newell´s Old Boys, “Coloso” Marcelo Bielsa, la obra más importante que emprendió el club en las últimas décadas.

Se calcula que demandará una inversión de unos u$s1.5 M, y tendrá capacidad para unas 6.000 personas. 

Un emporio industrial desde cero 

Cuenta León Kozuch que cuando con su compañero de la facultad de ingeniería, Eliseo Cachero, decidieron empezar la empresa en 1966 no tenían mucho más que una amistad, el título universitario y una férrea fuerza de trabajo. “Dinero no teníamos ninguno de los dos, pero durante un largo tiempo trabajamos día y noche”, recuerda.

Arrancaron haciendo obras de estructura, obras particulares y chimeneas para Acindar, pero enseguida se distinguieron del resto porque consiguieron la licencia de un sistema sueco que era muy innovador para Rosario: el encofrado deslizante. Con esa técnica construyeron, por ejemplo, la emblemática Usina Sorrento. 

“Creamos Tensar en 1980, en un terreno de 3 hectáreas [hoy son 12]. En ese momento, el Parque Industrial era solo campo, no éramos más que 3 o 4 empresas instaladas. Ahí empezamos a hacer elementos premoldeados como viguetas de hormigón, después losas y losas huecas. Primero producíamos el hormigón en pistas de 80 m, y hoy estamos en pistas de 300 m. Luego llegaron las naves industriales, y los edificios. Se hizo todo de a poco, a pulmón”, enfatizó Kozuch.

También incursionaron en la construcción y la operación de hoteles: Ros Tower en Rosario, Sol Victoria en Entre Ríos y Dolmen en Buenos Aires son obra del grupo.  

“Lo que no negociamos nunca es la calidad. Nos quedamos con clientes que la prioricen”, aseveró Kozuch. Para adelante, hay horizonte: ya se está incorporando la tercera generación a la empresa.