Se confirmó caída de financiera y avanza la liquidación de sus activos

Finalmente la justicia dictó la quiebra de Credife SA, la financiera santafesina que había solicitado dejar sin efecto su concurso preventivo en los primeros días de mayo de 2025, ante la imposibilidad de atender su pasivo y cubrir gastos mínimos de funcionamiento, incluyendo el pago de los salarios.

Credife —que llegó a operar una red de hasta 13 sucursales en Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires— acumulaba un pasivo superior a los $400 millones, distribuido entre pequeños ahorristas, proveedores e impuestos impagos. La empresa había ingresado a concurso preventivo en abril, pero a mediados de mes solicitó su propia quiebra al argumentar la “incapacidad para afrontar el pago de sueldos y otras obligaciones básicas”.

El 23 de mayo el Juzgado de Primera Instancia de Distrito de la 3ª Nominación de la ciudad de Santa Fe declaró formalmente la quiebra y ordenó la inmediata liquidación de los activos de la firma, compuestos por bienes inmuebles y créditos por cobrar. Además, fijó como plazo hasta el 8 de noviembre de 2025 para que la sindicatura presente el informe general conforme al artículo 39 de la Ley de Concursos y Quiebras (LCQ), que determinará la composición concreta del activo y el pasivo, así como el inicio efectivo de la etapa de liquidación.

A este pasivo se suman ahora las deudas laborales, surgidas del cese de actividades y el reclamo de empleados cuyos salarios quedaron impagos desde antes del decreto de quiebra.

El deterioro de Credife fue gradual, impulsado por una caída significativa en la recuperación de créditos de consumo otorgados a hogares de ingresos medios y bajos, junto a la acumulación de deudas fiscales con distintos organismos. Estas tensiones dejaron a la firma sin capacidad para operar y sin respaldo estructural.

Con la quiebra decretada, se activará en breve la etapa de liquidación de bienes. La sindicatura deberá ordenar y administrar el remate de inmuebles y la cobranza de créditos adeudados. El informe general, presentable hasta el 8 de noviembre, establecerá el detalle de activos, pasivos y prelación de acreedores. A su vez, los acreedores laborales iniciarán trámites para integrar su reclamo en la masa pasiva, junto a bancos, proveedores y entidades impositivas.

La caída de Credifé se inscribe como un caso testigo dentro del deterioro que sufren las financieras no bancarias en segmentos de alta vulnerabilidad, presionadas por la morosidad creciente, la carga impositiva y su menor acceso a soportes de mercado. La liquidación de sus activos será clave para determinar el grado de recuperación que puedan obtener sus acreedores, en especial los trabajadores y pequeños ahorristas que quedarán a la espera del resultado de la sindicatura.