Qué va al local que dejó vacío el último videoclub del centro

En septiembre pasado cerró definitivamente sus puertas el videoclub Premier, el último sobreviviente del rubro en el centro rosarino. Cargaba sobre sus espaldas con 37 años de historia en los que debió pelear contra verdaderos molinos de viento como la llegada del cable y -más acá en el tiempo- los servicios on demand. El local de Santa Fe 1663 estuvo vacío por algunos meses, ahora se alquiló y ya trabajan en el inmueble para su puesta a punto. 

¿Qué se viene? El espacio, que supo ser un reducto de cinéfilos y nostálgicos y todo un emblema del Paseo del Siglo, cambiará de rubro, adaptado a las necesidades del corredor y con un mercado de alimentación saludable ganando cada vez más terreno. Según pudo averiguar Punto biz, será de la partida una tienda de comidas naturales para complementar la oferta gastronómica de la arteria. 

El local -que la inmobiliaria Miraterra ofrecía en alquiler- tiene 125 m2 de superficie, 7 x 21 mts de fondo, frente vidriado, pisos de madera con tarimas en diferente nivel, dos ambientes/privados amplios con salida al patio interno y un baño. Tras el cierre hace medio año, pasó a engrosar la lista de persianas bajas sobre la transitada calle Santa Fe, sumándose al portazo que pegaron varios bancos. La arteria se convirtió en un "cementerio" de grandes locales comerciales en pleno centro rosarino, aunque de a poco parece que se va reactivando. 

Si bien el negocio que tuvo al frente a Silvia Bozzi por casi cuatro décadas seguirá vigente en la memoria de los locales, el espacio no deja de ser estratégico y se sumará en adelante como una nueva alternativa gastronómica para quienes frecuenten asiduamente la zona. 

Ya no está Marilyn Monroe en el gran ventanal ni tampoco el tan característico color bordó de las paredes. Premier es historia, pero dio pelea hasta el final. “En los picos del video, era una locura. Cuando abrimos aquel primer fin de semana, el lunes siguiente tuvimos que ir a comprar a Buenos Aires más películas porque nos sobrepasó la demanda. Todo el mundo empezaba a consumir y comprar VHS, después vino el cable y empezaron los altibajos”, recordaba Bozzi, quien arrancó el negocio junto a otros dos socios en 1985 y que en el 2000 se separó y quedó sola al frente de la emblemática marca.