Peso pesado de la construcción se quedó con el inmueble del ex-Bowling 10

Caminando por peatonal Córdoba, se ve a simple vista que, a partir de la intersección con peatonal San Martín y en dirección al río, la arteria pierde brillo: grandes superficies comerciales vacías y edificios deteriorados; en sintonía con un menor flujo de público. Ahora, un nuevo desarrollo inmobiliario buscará torcer la suerte de ese tramo de la histórica arteria comercial, tras la reconversión de un inmueble que está muy presente en la memoria de la ciudad. Según confirmó Punto biz, el equipo técnico de la desarrolladora Fundar define los trazos de un proyecto que transformará el antiguo edificio donde funcionó por décadas el clásico Bowling 10, en Córdoba al 800 (y Maipú).

La construcción se concretaría a partir de la formación de un fideicomiso. Aún resta definir el detalle del diseño y realizar las presentaciones pertinentes en la Municipalidad (lo cual haría suponer que se trata de un proyecto con una superficie mayor a los 10.000 m2) pero, en principio, la idea es plantear un desarrollo que combine viviendas, oficinas y locales comerciales.

Será una inversión arriesgada por el estado actual de la zona, pero no se trata de una apuesta aislada o un salto al vacío, sino que se enmarca en un plan mayor. El edificio será parte de una nueva marca de edificios que prepara Fundar para el centro rosarino, una línea de desarrollos que ya tiene en carpeta al menos un exponente más sobre Rioja; otra calle que tuvo mucha actividad en el pasado y hoy se encuentra venida a menos. En ese sentido, la desarrolladora ya sondeó la preventa de la torre de Rioja, y los sorprendió para bien la respuesta: aseguran que recepcionaron mucha demanda de oficinas en el microcentro, lo que interpretaron como una tendencia. "Las empresas y los profesionales volvieron a estar interesadas en trabajar en el centro", opinó Ángel Seggiaro, uno de los socios de la desarrolladora.

Nueva vida para un inmueble emblemático

El proyecto de calle Córdoba implicaría la demolición del inmueble en el que funcionó Bowling 10, hoy en estado de franca decadencia. Si bien el bowling cerró en 2019, funcionó durante 40 años y tocó su pico de popularidad en los 90 (“una chupina siempre terminaba en el Bowling 10”, señalan los usuarios de los foros y cuentas que alimentan la nostalgia rosarina).

Al momento del cierre, el bowling llevaba largos años sin inversiones, y el local de dos pisos ya se había venido abajo. 

En 2020 tomó la posta la cadena de salas de entretenimiento FunPark, propiedad de la familia Gaitán, e hicieron algunas remodelaciones, pero no alcanzó. Esa sucursal bajó la persiana pocos meses atrás, precisamente para darle lugar a la reconversión total del inmueble a partir de este nuevo desarrollo inmobiliario.