Pareja rosarina abrió en pleno centro el café más parisino de la ciudad

“En plena pandemia surgió la posibilidad de hacernos cargo del bar y fue un sí de entrada porque nosotros estamos muy conectados con París por nuestra historia personal”. Paula Silvetti y Mauro Manfredi se hicieron cargo en abril pasado de la concesión del bar de la Alianza Francesa (San Luis 846) y desde que pusieron primera se trazaron un objetivo bien claro: ser París en Rosario. Pero no sólo trasladar los edificios más icónicos de la ciudad de las luces o su música, sino hacer que el paso por La Petite Bohème sea toda una experiencia completa. 

Si bien Paula y Mauro nada sabían de gerenciar un negocio, no podían dejar pasar la oportunidad. Ella es Licenciada en Relaciones Públicas y él asesora a la Alianza como abogado. Su historia de pareja se fortaleció luego de visitar Francia, tienen una gran conexión con ese país, y esta apertura les calzó como anillo al dedo. 

El corte de cintas se produjo justo en medio de la segunda ola y ahora se alistan para volver al ruedo en febrero, cuando se retome la actividad en la institución. “Fue un gran desafío para nosotros porque tuvimos que comprar desde las cucharitas a pensar en el decorado, todo en 10 días”, refirió Paula en contacto con Punto biz. Es que desde que “dieron el sí”, tuvieron menos de dos semanas para poner a punto el café. “Lo bueno fue que me permitió darle mi impronta y volcar lo aprendido en la carrera para definir el concepto que queríamos”, sostuvo la joven. 

A La Petite Bohème la define como “una típica terracita francesa”. Es que la idea de ambos siempre fue recrear un ambiente europeo en el caos que es el centro de Rosario. Muchos dicen que se sienten de viaje cada vez que visitan este cafecito y eso los empuja a buscar nuevas alternativas para sorprender a sus clientes. La carta por ahora seduce con gastronomía más local como medialunas, chocolatería artesanal y alfajores, pero la apuesta para este 2022 es incorporar pastelería francesa, que -en palabras de Paula- "sería coronar la experiencia". 

El toldo, las luces, el pizarrón, las macetas, la tipología de las sillas y hasta un pequeño Puente de las Artes para quienes quieran sellar su amor, todo, absolutamente todo encaja y se conjuga a la perfección con una especie de callecita que da la sensación de estar paseando por Montmartre, uno de los barrios más bonitos y famosos de París. “Para quienes aman la cultura francesa, nuestro objetivo era transmitir más allá de lo que es la Torre Eiffel. Tratamos de llevarlos con la decoración y los pequeños detalles a París”, confió Paula. El bar es chiquito y está escondido dentro de la Alianza Francesa, y ese es precisamente uno de sus principales atractivos.