Llevan a la Justicia a feria estilo "la Salada" que nunca abrió en el centro

La Feria del Centro Doral, conocida popularmente en Rosario como "la Salada legal", inauguró en agosto del año pasado, pero al día siguiente amaneció con faja de clausura y nunca más volvió a abrir. Con un emplazamiento estratégico sobre calle Sarmiento 947, a metros de la peatonal y de los mayoristas de calle San Luis, muchos fueron los feriantes que la vieron como una oportunidad para mudar allí sus emprendimientos. Sin embargo, pesaron más las decepciones y hay quienes todavía reclaman la devolución de lo invertido en concepto de canon y habilitación del puesto. 

El espacio, que prometía reunir cerca de 30 puestos de emprendedores, fue postergando la apertura por la pandemia y cuando se decidieron a abrir las puertas, el Municipio clausuró el emprendimiento al detectar varias irregularidades y mandó a revisar el estado de la habilitación del local. Dos meses después, y al no conseguir poner en orden los papeles, los responsables del "mini shopping" prometieron reintegrar la seña, algo que en la práctica ocurrió a medias ya que hubo quienes llevaron el asunto a la Justicia.

Tal es el caso de la emprendedora Vanina Sirolesi, quien siempre trabajó en una fábrica de Arroyo Seco y tenía un local de indumentaria por San Martín y Batlle y Ordóñez, pero se le vencía el contrato y vio en la feria una gran oportunidad para dar el salto al centro de Rosario. "Escuché la noticia en la radio y me acerqué en marzo del año pasado para conocer y ver cómo era. La idea era mudarme y poder hacer más ventas en el centro", refirió Vanina a Punto biz. En total perdió cerca de $30 mil y la inversión relaciona al mobiliario que tenía en el puesto que no pudo recuperar. 

En su momento, la Feria del Centro -que nació en Olavarría- había tenido varias trabas. Desde el Centro Comercial a cielo abierto de calle San Luis, se mostraron en contra porque entendían que por el concepto y las características que tenía podía afectar las ventas del sector. A pesar de toda la polvareda que levantó su desembarco en el centro, abrió en agosto pero una serie de irregularidades hicieron volver todo a foja cero: ausencia de botón de pánico, luz de emergencia en uno de los baños y, principalmente, la falta de habilitación definitiva.

"La feria fue clausurada el día que abrió por no tener habilitación. A nosotros ya nos habían cobrado, yo tengo todos los recibos de pago y no me devolvieron nada", refirió Vanina. Aunque no todos los emprendedores corrieron con la misma suerte. De hecho, afirma que muchos de sus compañeros sí pudieron arreglar, pero que con ella sigue el litigio y ahora está todo en manos de abogados que ya cursaron una carta documento.

Al frente del proyecto estaba Lucas Torres, quien a fines del año pasado sostuvo en declaraciones a este medio que de los 36 puesteros que había, solamente cuatro habían decidido irse y no continuar cuando se ya hablaba de reconvertir el espacio en una galería, ajustándose a la normativa municipal.