La crisis de Sancor se llevó puesta a otra láctea que terminó en concurso

La láctea Aristeo SA, con sede en San Guillermo (departamento San Cristóbal), quedó oficialmente en concurso preventivo por decisión del Juzgado Civil, Comercial y Laboral de Ceres. La empresa arrastra problemas desde 2023, cuando perdió su principal planta operativa —la unidad de Sancor donde producía a fasón—, lo que derivó en un deterioro que no logró revertir. El fallo judicial dispuso la inhibición general de bienes, la presentación de libros contables y el sorteo de síndico.

Lo cierto es que el cierre abrupto de esa unidad —producto de un prolongado conflicto sindical y una parálisis operativa que se extendió por tres meses en medio de la crisis de fondo que sobrelleva Sancor— dejó a la compañía sin su principal establecimiento productivo.

Según precisaron fuentes de la empresa a Punto biz, Aristeo quedó “en medio del conflicto ajeno”: el esquema de elaboración en la planta de Sancor se interrumpió primero por un paro prolongado y luego por la decisión del personal de impedir definitivamente la actividad. Con la planta paralizada, la cooperativa terminó por desactivar esa unidad productiva hacia finales de 2023.

Una operatoria que se volvió inviable

Aristeo mantenía, además, un alquiler de la planta donde originalmente procesaba sus productos. Ese establecimiento continuó funcionando hasta octubre/noviembre de 2024, pero con volúmenes muy por debajo de los necesarios para sostener la estructura financiera.

Las mismas fuentes explicaron que la empresa quedó atrapada en un escenario de costos fijos altos, caída abrupta del procesamiento y obligaciones ya contraídas con productores y proveedores. “Teníamos un movimiento mensual equivalente a una planta y media; de golpe nos quedamos con menos de la mitad”, describieron.

A ese shock productivo se sumó un episodio que agravó la situación: una estafa sufrida en Buenos Aires en el mismo mes en que se paralizó San Guillermo, que implicó “varios millones de pesos” y dejó a la firma en una posición todavía más vulnerable. La combinación de ambos factores aceleró la salida de Aristeo del mercado lácteo. La compañía continuó comercializando stock y produciendo en su planta alquilada hasta fines de 2024, pero dejó de operar definitivamente durante 2025.

El concurso como intento de reactivación

Pese al derrumbe operativo, la empresa evitó hablar de un cierre definitivo. Según las fuentes consultadas, la presentación en concurso es una medida “para ordenar la deuda y buscar acuerdos que permitan retomar la producción”.

Aristeo llegó a emplear 10 trabajadores y mantenía una distribución amplia: en el mejor momento, sus productos llegaban a 14 provincias, especialmente en el centro y norte del país.

El estado financiero: bancos y cheques

De acuerdo con el registro del Banco Central, Aristeo acumula un pasivo bancario que supera los $70,6 millones, distribuido entre varias entidades: Crescens S.A. por $41,97 M, Banco Nación por $11,81 M, el Fondo específico de riesgo fiduciario de la Provincia de Santa Fe por $9,33 M, Banco Credicoop por $4,99 M y Finares S.A. por $2,50 M.

A ello se suma un abultado nivel de cheques rechazados sin fondos. En total, la empresa registra 669 cheques rechazados, por un monto conjunto de $344.544.856,71, sin que ninguno haya sido posteriormente levantado. La ausencia de cheques abonados confirma la profundidad del deterioro financiero que atravesó la firma desde 2024.