La Bolsa o el ladrillo: un clásico que vuelve

La aceleración inflacionaria que sucedió a la devaluación de diciembre modificó el panorama en el sector de la construcción. Después de ese cambio de escenario los inversores analizan fríamente si es momento de invertir en ladrillos. La tribuna se divide entre quienes aseguran que continúa siendo un negocio atractivo por su accesibilidad y la reserva de valor que significa, y los que opinan que existen inversiones financieras más seductoras. Por ahora los números muestran una baja significativa en la actividad. En enero de 2024 el Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (Isac) que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) bajó 21,7% respecto a igual mes de 2023 y 10,2% en relación al mes anterior.

Además, la superficie a construir, autorizada por los permisos de edificación otorgados para la ejecución de obras privadas en 176 municipios, bajó 9,7% interanual en diciembre. En el acumulado del año, la caída fue de 7,8%.

Los resultados obtenidos por la encuesta cualitativa del Indec, realizada a grandes constructoras, mostraron expectativas desfavorables para el período febrero-abril de 2024. Mientras el 52,5% de las que realizan principalmente obras privadas no previó cambios en el nivel de actividad del sector, un 41,6% estimó una disminución y sólo 5,9% un aumento. Las que previeron una baja indicaron como principales causas la caída de la actividad económica (30,1%) y la inestabilidad de los precios (28,5%).

En el escenario existen diferentes factores que pueden influir y convertir a la construcción en una opción más atractiva. Por ejemplo, cuando hay disponibilidad de créditos hipotecarios la demanda de propiedades crece y los inversores se entusiasman con el sector. En Argentina, en los últimos 20 años, la política de crédito hipotecario se acotó a la financiación otorgada a través de las líneas Procrear impulsadas por el gobierno nacional, pero la oferta de entidades financieras fue poca. En conjunto, nunca fue suficiente para cubrir la necesidad habitacional de la población.

Dan Chernomordik, arquitecto y magister en Finanzas de la Construcción, señaló que el crédito hipotecario actualmente está prácticamente estancado. Sin embargo, abrió una posibilidad alentadora: “Si el gobierno logra bajar la inflación, los bancos privados tendrán incentivos para comenzar a ofrecer créditos hipotecarios nuevamente. Esta perspectiva podría generar un impulso considerable en el mercado, al hacer que la compra de viviendas sea más accesible para la clase media y, en última instancia, aumentar la demanda de propiedades”.

¿Ladrillo refugio seguro?

El economista Federico Fiscella consideró que a la hora de elegir en qué invertir es necesario tener en cuenta que hoy “la construcción está carísima en relación a los precios de venta”.

“Hay muchísimas unidades a muy buen precio el metro cuadrado, contra una construcción que tiene un costo muy caro. Me cuesta entender ese divorcio. El precio fue tocando pisos, y, con diferentes realidades en los centros urbanos y las afueras, en general fue a la baja”, resaltó el especialista en mercados financieros.

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