Invierte para ampliar la planta y sale a pescar un negocio de gran escala

En un momento en el que muchas empresas prefieren acuartelarse y guardar la billetera hasta que escampe la recesión, en el Parque Industrial de Cañada de Gómez llama la atención el movimiento de albañiles, materiales, y equipos que entran y salen del Frigorífico Munini (Establecimiento Munini S.A.).

A finales de año, la empresa planea dar por finalizada la última ampliación de su planta productiva, en la que procesan, congelan, filetean y despachan unas 20 toneladas de pescado por día. Aquella primera planta de faena que había arrancado con 500 m2 como el sueño cumplido de Diego Munini -un comerciante del rubro pescadero que mamó el negocio desde la cuna-, al cierre del 2024 contará con 2.500 m2 cubiertos y 10.000 m2 de superficie total; en tanto que la familia añadió otros dos lotes del polígono industrial a su metraje original.     

Las obras en marcha -que requerirán alrededor de u$s3 M- incluyen el encendido de un equipo escandinavo adquirido recientemente, que Munini describió como “un chiche de categoría internacional”: un sistema giro freezer frigoscandia IQF, que produce una tonelada de ultracongelados por hora (es decir, 24 toneladas por día). 

“Una vez que esté terminada la ampliación, estimamos que el frigorífico llegará a triplicar su producción actual”, le dijo Diego Munini a Punto biz. Ahora bien, ¿cómo piensan colocar ese volumen de pescado en un país en el que se comen 50 kg de carne roja per cápita por cada 3 de pescado? Apuntando a los mercados internacionales.

“Actualmente, nuestros camiones viajan a buscar cientos de variedades de productos a los puertos más importantes del país, como Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia, Puerto Deseado, Puerto Madryn, San Antonio y Mar del Plata. Luego los traemos al frigorífico en donde se procesan, y finalmente los distribuimos en todo el país, aunque las plazas en las que somos más fuertes son el NOA y la Mesopotamia”, enumeró Munini. Siguió: “Una vez finalizada la obra, el plan es desembarcar en mercados que nos permitan escalar. En particular, recibimos interés para exportar langostinos a India cuando terminen las obras. Nuestro deseo es concretarlo, pero vamos paso a paso”, admitió. 

 Lejos del mar

¿Cómo lograron desde Cañada de Gómez, una localidad distante de la costa, competir palmo a palmo con las industrias instaladas sobre el Atlántico. Y cómo sostienen el negocio ante la coyuntura de caída abrupta en el consumo. “Optamos por márgenes bajos, buenos acuerdos comerciales en virtud de los vínculos sólidos que construimos con nuestros  proveedores, una estratégica rotación de productos, y el respeto indeclinable hacia nuestros clientes”, opinó Munini.   

Sin duda, también influye la extensa trayectoria de la empresa familiar, que arrancó con la creación de un comercio a cargo del abuelo del actual titular en 1945. “Tanto mi abuelo como mi padre fueron clave para el devenir de la compañía, pero fue con mi esposa, Silvina Zabala, que le dimos a Munini la impronta de frigorífico que tiene hoy. Fue a partir de 2015”, relató Munini.     

“En este cuatrimestre vimos una caída del 15% en las ventas, pero nos la estamos arreglando para ir hacia adelante, como hicimos toda la vida. Si bien se siente el impacto, sabíamos que era imposible seguir con la incertidumbre en la que veníamos. Vamos a seguir apostando por el crecimiento de esta empresa hasta el último día”, aseguró Munini.