Inversión millonaria para producir en Argentina una vacuna de exportación

Con una inversión de u$s20 M y un acuerdo entre el laboratorio Pfizer y el local Sinergium Biotech, comenzará a producirse una nueva vacuna antineumocócica en la Argentina. Los CEO de ambas compañías estimaron que se generará un ingreso de divisas para el país de cerca de u$s100 M, ya que la nueva vacuna estará destinada a la exportación a toda la región.

La inversión, que podría llegar hasta los u$s25 M, está destinada a capacitación, obras de ingeniería y adquisición de equipamientos de última generación y transferencia de conocimiento tecnológico para comercializar la vacuna antineumocócica 20 valente (CVN20). 

Alejandro Gil, CEO de Sinergium Biotech (una compañía de Hugo Sigman), dijo a El Cronista que se trata de "una inversión 100% privada y totalmente a riesgo que realiza Pfizer y Sinergium. No pedimos ninguna exención impositiva, beneficios fiscales ni préstamos especiales para hacerla". Coincidió Agustina Ruiz Villamil, CEO de Pfizer Cono Sur. "Tener a estos socios en el país nos permite producir acá una vacuna que hasta ahora llega de Bélgica, con todo el impacto positivo que este cambio produce en la Argentina, dijo.

Los responsables de los laboratorios se reunieron por la mañana con el ministro de Salud de la Nación, Mario Lugones, acompañados también con autoridades de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), que garantiza la compra de estas vacunas mediante el Fondo Rotatorio que permite que los países de américa accedan a vacunas y suministros de salud pública a precios asequibles, de manera oportuna y transparente.

La vacuna fue recientemente incorporada al calendario nacional de vacunación argentino. De hecho, ya está cerrado el contrato para proveerlas al Estado a través de una licitación. Cerca de 2,3 millones de la producción que se realizará en la planta de Sinergium, se destinará al mercado doméstico.

Hoy, esa vacuna se importa de Bélgica y para hacer la sustitución completa de esas importaciones faltarán al menos dos años, tiempo en el que terminará de acondicionarse la planta de Buenos Aires y hacer la transferencia tecnológica completa.