Heladería con mucha historia desembarca en estratégica esquina del centro

Nació y creció en el barrio de Bella Vista. Con casi seis décadas de historia, la Gelatería Italiana San Remo supo construirse a fuerza de trabajo inmigrante en la cuidad y hoy apuestan por el centro para abrir el segundo local. La San Remo tiene sobre sus hombros un campeonato argentino y mucha sangre italiana, desde el nombre hasta el logo -un cucurucho con una mandolina-. Porque Vicente Scime, su fundador, era siciliano y un ferviente amante de la música. 

Hace 58 años le dio vida al negocio sin siquiera venir del palo, se curtió y -como buen tano, apegado a su tradición- entrelazó dos pilares fundamentales de la cultura italiana en la San Remo. El boca en boca fue haciendo mella y ahora está en el ranking de las "gelaterías" preferidas de los rosarinos. “En junio empezamos a soñar este segundo local, vimos el lugar y nos encantó. Vamos a mantener la misma esencia del barrio: sabores, música y ambientación”, confió Micaela Scime a Punto biz. 

Ella, sus dos hermanas -Evelyn y Valentina- y su papá Francisco capitanean el negocio y se reparten para atender las dos sucursales: la histórica de Presidente Perón al 3200 y la nueva en la esquina de San Juan y Presidente Roca. El espacio será un crossover ideal: punto estratégico y accesible, y parada (casi) obligada mientras esperás el colectivo. 

¿Con qué te vas a encontrar? Con unos 80 sabores y helados gourmet, que son las opciones saladas de la marca (con roquefort, por ejemplo). El local tiene capacidad para unas 40 personas y será la apuesta fuerte para consolidarse en el centro. Aunque laureles no le faltan. “Mi papá tomó la posta en los ‘90 y él fue quien se profesionalizó y pudo viajar a Europa", refirió Micaela, como un salto y un cambio de época para el negocio que, aunque no se movió de donde siempre estuvo, empezó a cambiar. 

Sin escalas, de Sicilia a Rosario 

Los Scime son la segunda y tercera generación al frente de la Gelatería Italiana San Remo. El negocio familiar se fundó en 1968 y, desde entonces, es todo un clásico del barrio Bella Vista. Generaciones y generaciones de rosarinos deleitaron sus cremosos helados, producto que los llevó a ganarse el reconocimiento y a competir en certámenes nacionales e internacionales. 

En el año 1954, Vicente y Luisa, inmigrantes italianos, llegaron a Argentina, y una década después le dieron vida a la heladería. Si bien los unían sus orígenes, fue acá que se conocieron y también fue acá que conocieron los secretos del helado. Hoy se destaca por contar con su maestro heladero, Francisco, quien ya creó más de 150 sabores, entre ellos combinaciones clásicas y otras más exóticas o de tendencia como el chocolate Dubái (con su reversión, obvio).