Empezaron con la pastalinda de la nona y ahora tecnifican la fábrica propia

Cuando la pandemia paró todo en 2021, a Santiago Aloi y Emanuel Capozucca se les ocurrió tomar un nuevo rumbo: empezaron a amasar pastas como las que les preparaba la nona. Hoy, Caloi -la marca que nació de la fusión de sus apellidos- está preparando la ampliación de su fábrica, instalada en donde funcionó el histórico frigorífico Bureu de Arequito. 

“Era mudarnos a un lugar mucho más grande para seguir creciendo o ya habíamos llegado al techo de producción, porque con lo que elaborábamos ya no dábamos con el almacenamiento”, contó Capozucca a Punto biz, sobre la mudanza. En ese momento, venían de fabricar en casa y 100 m2 eran suficientes. Hoy, les volvieron a quedar chicos, por lo que se agrandan y tecnifican, en tanto que en 2026 recibirán más máquinas: están a la espera de una cortadora de fiambre automática nueva, y una envasadora al vacío, que les permita mayor durabilidad a los productos. “Duran hasta 45 días. Nos permite incluso exportar”, afirmó el fundador.

Del emprendimiento a la empresa

“Charlando nos surgió la idea de vender pastas. Le pedí a mi abuela que me enseñara y con su pastalinda empezamos a producir”, relató Capozucca, que cursaba los últimos años para recibirse como nutricionista, mientras que Aloi trabajaba en un feedlot. ”Estuvimos un mes y medio haciendo pruebas en nuestras casas todas las noches hasta las 2 de la mañana”, sumó.

Para no quedarse con un producto que puede ser “muy de invierno” y vender todo el año, sumaron sándwiches de miga y medallones congelados. La pastalinda ya no alcanzaba y tuvieron que ir por máquinas que les permitieran elaborar los nuevos productos.

Con la casa inhabitada del hermano de Capozucca como sede, producían y distribuían por Arequito. Llegando a trabajar 12 horas por día, decidieron dedicarse de lleno a Caloi y sumar maquinaria. Hoy  distribuyen en comercios de la región, y son una marca conocida en localidades como San José de la Esquina, Arteaga, Cruz Alta, Los Molinos, Casilda, Pujato, Chabás, Villada y Firmat.

Además de los comercios, otro de los fuertes de Caloi son los clubes y colegios que venden pastas para juntar fondos. Pero los socios proyectan poder llegar a más puntos del país, incluido Rosario, y estar presentes en supermercados como La Reina. “Ya estamos en conversaciones con algunos súper de la zona ”, adelantó Capozucca, y sumó que apuntan a duplicar los 300 kilos de fideos que producen hoy en día. “Queremos ir etapa por etapa, dando pasos firmes”, cerró