El cepo al dólar le complica la vida a empresa rosarina que mueve millones

Las trabas a la importación ponen en jaque la producción de una de las fábricas de vidrio más importantes del país. Es que en la planta de Nueva Cristalería Rosario la situación ya pasó de castaño a oscuro. “Si no logramos importar las piezas que necesitamos para reparar un horno de producción, corremos el riesgo de quedar casi un año parados”, dijo a Punto biz Hugo Ballester, titular de la firma con base de operaciones en la zona noroeste de Rosario. 

Tal como contó este medio, el empresario invirtió u$s6 M para comprar un nuevo horno de producción pero no puede ingresar partes que componen el equipo de reemplazo por el cepo a la importación. Es que si bien se trata de un bien de capital -ítem que cuenta con mejores condiciones para la importación- al importarse en piezas no cuenta para el Banco Central como activo físico utilizado en la producción. El trámite para acceder a los dólares no avanza y en caso que la situación se dilate, la actividad corre serio riesgo de detenerse. “Hoy estamos trabajando con el horno viejo a un 80% de su capacidad para no desgastarlo y poder llegar hasta por lo menos a enero. Después ya no tenemos más resto”, describió Ballester. 

Hace un año y medio, el empresario Hugo Ballester recompró la empresa Cristalería Rosario que le había vendido en 2010 a la firma norteamericana Owens-Illinois. Al frente de Produmen SA, dueña de la marca de sidra La Farruca, logró en este tiempo que la empresa dejara de ser deficitaria, creció un 15% en producción y escaló posiciones en un mercado como el del vidrio concentrado en pocas manos. Hoy enfrenta una situación que califica como “gravísima”. “Sólo en lo que va del mes exportamos por más de u$s1 M. No se entiende por qué no nos dejan importar para seguir produciendo”, se quejó el empresario.

Cristalería Rosario -hoy llamada Nueva Cristalería Rosario- cuenta con más de 60 años de trayectoria, emplea a unas 300 personas en dos turnos. “Los permisos para importar no aparecen y estamos desesperados. Si hay que parar ese horno quedarían 150 personas en la calle. Es un equipo que hay que reemplazar urgente y hacerlo prácticamente de nuevo con las piezas que ya compramos”, describió el empresario volvió a tomar las riendas de la histórica fábrica. 

La empresa rosarina acaba de instalar una nueva máquina de origen sueco, que compró el año pasado tras invertir u$s4 M, la cual le permitirá aumentar un 15% la capacidad de producción de botellas de vidrio. Por estos días, se está llevando adelante la instalación y puesta a punto del equipo que, según calcula Ballester, estará lista en las próximas semanas. “Se trata de una máquina que mejorará el nivel de calidad de botellas”, apuntó el empresario. En este aspecto también afronta un problema, ya que hoy acceder a la materia prima para producir vidrio, el carbonato de sodio, se volvió cuesta arriba. Actualmente una sola fábrica del país la produce pero por la alta demanda “no nos está pudiendo cumplir” y a raíz de esta situación la firma rosarina debe importar el insumo en el exterior a un triple de su valor. “Si tampoco nos dejan importar el insumo, no vamos a poder ´darle de comer’ a la máquina nueva”, afirmó.