Deuda en dólares complicó a distribuidora y terminó concursada

La comercializadora de repuestos automotores Distribuidora Bulnes SRL, con base operativa en Tucumán 3843, ingresó formalmente en concurso preventivo de acreedores luego de que el Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial de la Primera Nominación de Rosario, a cargo del juez Ricardo Alberto Ruiz, resolviera declarar la apertura del procedimiento. 

La firma, dedicada desde hace décadas a la compra y distribución de repuestos nuevos para automotores, acompañó su solicitud con un extenso informe en el que detalla las razones que la llevaron a la cesación de pagos, un deterioro que comenzó a gestarse hace más de una década y se profundizó con distintos golpes económicos, comerciales y financieros.

Según consta en la presentación realizada por su asesoría letrada a la que accedió Punto biz, la empresa transitó una etapa de fuerte expansión hasta 2016, llegando a operar con 25 empleados y una sucursal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, a partir de 2012 comenzó a enfrentar un escenario adverso: el cierre casi total de las importaciones de los productos que comercializaba afectó directamente el abastecimiento y modificó de forma negativa la ecuación financiera del negocio. 

La situación se agravó con la salida progresiva del país de proveedores estratégicos como CINPAL, SBH y TOPLINE, que entre 2012 y 2018 dejaron de operar en Argentina. La empresa afirma que la devaluación de 2018, en un momento en el que mantenía un crédito tomado en dólares, generó una imposibilidad material de cumplir con sus obligaciones, a lo que se sumó luego el cierre de otros proveedores clave como Blockstrong y Spicer, lo que provocó una marcada caída de las ventas y una “estrangulación del material de trabajo”.

Frente a esa combinación de factores, la compañía inició un proceso de reducción operativa que incluyó el cierre de la sucursal en Buenos Aires y un achicamiento profundo de su estructura laboral, que pasó de 25 trabajadores a solo siete empleados en la actualidad. A ese deterioro se añadió el impacto que significó la pandemia de COVID-19: en marzo de 2020 la firma debió cerrar durante 45 días corridos, período que —según describe— implicó consumir capital y reservas para sostener gastos fijos mientras la actividad permanecía paralizada, situación que demoró meses en normalizarse.

El último golpe lo constituyó un embargo solicitado por la firma brasilera CINPAL Companhia Industrial de Peças para Automóveis Ltda., vinculado a un crédito en moneda extranjera que la distribuidora intentaba renegociar. La compañía sostiene que la medida fue trabada sin notificación previa, dictada por un juez de CABA pese a que el domicilio de la empresa está en Rosario, y que inmovilizó los fondos que aún conservaba para su operatoria diaria. Según la presentación, esa acción terminó por paralizar el giro comercial y precipitar la decisión de solicitar la apertura concursal. 

A las dificultades mencionadas se suma la deuda bancaria que registra la empresa en la Base de Deudores del Banco Central, donde aparecen obligaciones vencidas con cuatro entidades financieras al período 09/25. Allí figuran montos impagos con Banco BBVA Argentina ($6.667.000), Banco Santander ($820.000) y Banco Galicia ($52.000), todos en situación 4, además de un pasivo mayor con Banco Macro, que asciende a $72.370.000 y figura en situación 5, calificación que refleja cartera de mayor riesgo. En cuanto al trámite judicial, mediante resolución Nº 369 del 14 de octubre de 2025, el juez Ruiz declaró la apertura del concurso preventivo de la sociedad.