Un histórico bar del Paseo del Siglo pasa sus días más difíciles

La crisis del coronavirus amenaza con cobrarse una nueva víctima entre los tradicionales espacios gastronómicos de Rosario. Tal es el caso del restobar Pan y Manteca, que en pocos años pasó de rozar la fama mundial a atravesar una situación financiera que, en palabras de su dueña, es "difícil de sostener".

En rigor, las dificultades para Elina Capdevila -única titular del Fondo de Comercio que administra desde abril de 2001- no se iniciaron con la pandemia. Fueron in crescendo durante los últimos años y tuvieron su súmmum a finales del año pasado, cuando alcanzó un elevado nivel de endeudamiento, que obligó a la empresaria a presentarse en convocatoria de acreedores ante la Justicia.

En el marco de una causa que se tramita en el Juzgado Civil y Comercial de la 14ª Nominación, Capdevila declaró que "desde hace un tiempo, las dificultades del país hicieron que para sostener la actividad fuera generando distintas medidas tendientes a obtener ese objetivo". Así, en octubre de 2018 logró homologar un proceso preventivo de crisis ante el Ministerio de Trabajo, mediante el cual obtuvo una disminución del 40% en la carga remunerativa de los salarios de sus 14 empleados.

Más allá de las medidas adoptadas -que incluyeron la reducción de personal y de márgenes de rentabilidad-, durante esos meses empezaron a incumplir con las cargas fiscales, teniendo que recurrir a refinanciaciones y planes de pago. "Aun así, no puedo terminar de ordenar las finanzas para poder salir adelante", contó Capdevila, a través de un escrito que acompañó con su firma el abogado Raúl Superti.

El pasivo que expone la empresaria orilla los $18 M y se divide en partes casi iguales entre entidades financieras (bancos y tarjetas de crédito) y entes recaudatorios. Dentro de los primeros, se destaca una deuda de $6,8 M con el Banco Santander Rio, mientras que entre los segundos se cuentan a la Afip ($5.610.398,4) y API ($ 2.023.889,27). También despunta un rojo de $1,2 M con la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina.

"La deuda fiscal y los intereses que de ella surgen me generan una carga en la economía diaria de la actividad que se hace difícil de sostener", expone Capdevila, quien detalla que tiene embargos de caja promovidos por Afip en la Justicia Federal y también trabas a la libre disposición de su patrimonio y cuentas bancarias. Para exponer la difícil situación que atraviesa el bar, se menciona que hasta acumuló una importante deuda con el proveedor de diarios.

La empresaria es la única titular del Fondo de Comercio del tradicional bar, que opera desde hace décadas en la esquina de Córdoba e Italia, en un local de 302 m2. Hasta marzo de 2021 sigue vigente el contrato de locación del mismo, por el que paga una suma mensual de $90.000. 

En tiempos de coronavirus, con las persianas bajas desde hace más de dos meses, son cada vez más los que se preguntan si es que Pan y Manteca, ese tradicional bar que llegó a la fama mundial por tener al Tata Martino en su clientela, volverá a servir un próximo café.