El rosarino que por la pandemia convirtió su parrilla gourmet en carnicería

La cuarentena por la pandemia de coronavirus dejó sin actividad a comercios y lugares de esparcimiento y es hora de reinventarse. Este es el caso del rosarino Pablo Rivero, quien convirtió a su parrilla Don Julio, ubicada en el barrio de Palermo y considerada uno de los 50 mejores restaurantes del mundo, en una carnicería.

Mientras su local principal en la esquina de Guatemala y Gurruchaga permanece con las persianas bajas, a 60 metros, en el local donde tiene su cámara frigorífica, comenzó a despachar sus cortes más pedidos: entraña, bife ancho, mollejas y salchicha parrillera, a través de delivery, como la mayoría de los negocios que buscan por estos días sobrellevar el parate de la economía.

“En el local de Gurruchaga hacemos la maduración de las carnes, los embutidos, los chacinados. Es nuestro laboratorio, y desde ahí diseñamos nuestros planes anuales y nuestras innovaciones, pero bueno, ahora es momento de cambiar y por eso están las motos a punto de salir con dos pedidos”, contó a medios porteños el rosarino Pablo Jesús Rivero, dueño y creador de Don Julio.

Y ésta nueva etapa, le recuerda a Rivero los tiempos de la carnicería que atendían en Rosario sus abuelos Valentino y, sobre todo, Lola, la mujer que se ponía al hombro el local. “Es tiempo también de pensar en los orígenes, en recordar de dónde viene uno y cómo hay que seguir”, reflexiona Rivero.

La parrilla porteña Don Julio fue distinguida como uno de los mejores restaurantes del mundo por la revista The World's 50 Best Restaurants, que elige anualmente a los mejores restaurantes de todo el mundo según la opinión de renombrados chefs y especialistas gastronómicos internacionales. Y quien está detrás del éxito de la única representante argentina en la lista es Pablo Rivero, el rosarino que fundó Don Julio con su familia en el año 1999.

Ubicada en el barrio de Palermo, en la esquina de Guatemala y Gurruchaga, la tradicional parrilla porteña destaca por su ambiente familiar y agradable, la calidad de sus productos y la simpleza de los cortes. Pablo Rivero se hizo cargo de ella hace casi 20 años y logró convertir lo que en su momento era un clásico bodegón de barrio en un restaurante de prestigio internacional, que este año ocupa el puesto 34 en el ránking elaborado por la revista gastronómica.

Por su negocio han pasado el ex presidente norteamericano Bill Clinton, la canciller alemana Angela Merkel, el ex presidente de Francia Francois Hollande, el actor Al Pacino, y los cantantes Bono, Sabina y Serrat, entre otras celebridades.