Se subió a la reactivación de las carroceras, habilitó planta y duplicó personal

Desde 2017 en un predio fabril ubicado en Circunvalación y Uriburu, la filial local de la firma de origen italiana Arag, está de parabienes. Es que en 2021 habilitaron 4.000 m2 de planta que desde la inauguración de las nuevas instalaciones funcionaban solo como depósito a la espera de un repunte de la demanda que finalmente llegó. Si bien son especialistas en crear ramales de cables para sistemas de automatización en equipos de uso agropecuario, el resurgimiento de la industria carrocera en el Gran Rosario los llevó a convertirse en proveedores de ese sector, con el que esperan crecer aún más en 2022.

“Hoy tenemos casi toda la producción de packs de cables para la firma Metalsur del grupo Marcopolo. Podemos decir que estamos en un 60% de abastecimiento al cluster de las agromáquinas y en un 40% al carrozado de buses, pero apostamos a que ese flujo se siga modificando”, explicó Carlos Servino, gerente de ventas de Arag Argentina, en contacto con Punto biz.

Pero no se trata solo de un repunte en la demanda. El impacto no tardó en llegar al proceso de fabricación. “Habilitamos 4.000 m2 de planta, que desde la inauguración de las instalaciones en 2017 funcionaba solo como mero depósito, eso derivó, además en la duplicación del plantel de trabajadores llegando a los 85 en los que nos encontramos hoy”, precisó el ejecutivo.

El programa de inversión incluyó la compra de un equipo importado que automatiza el corte y cables que costó 100.000 euros y que permite acelerar el proceso productivo. “Hoy la planta es otra respecto a la de algunos años atrás. Ya el 2017 había sido un buen año. Pero si hablamos de récord, el 2021 en facturación ha sido el más alto de la década para la filial. Aguardamos que el 2022 siga la tendencia y al menos si se modera el crecimiento, que podamos mantener el ritmo de ventas”, confió Servino.

El plan de la compañía en torno al abastecimiento de emrpesas carroceras también implica la posibilidad de exportar a Brasil. “Si bien la idea es proveer de materia prima a las firmas que arman colectivos, que operan casi todas en el área metropolitana de Rosario, muchas de las firmas son subsidiarias de casas matrices ubicadas en Brasil a las que también apuntamos. Creemos que somos competitivos para exportar”, pronosticó.

Cuello de botella

Ahora bien, a las buenas noticias le siguen algunas cuestiones más amargas, que en realidad no escapan a un fenómeno mundial. “La falta de fichas y chips, en un mercado que depende de tres abastecedoras a nivel planetario es una dificultad que nos limita el escalado de producción que estamos experimentando. Sobre todo porque son las terminales automotrices las que están requiriendo mucho stock y en un período de poca oferta, las perjudicadas somos compañías como la nuestra”, explicó Servino. El propósito de Arag es de tener la estructura productiva lista para el despegue definitivo una vez que se solucione la dificultad del aprovisionamiento de los insumos electrónicos.