Qué puede pasar con el consumo en la segunda mitad del año

Tras un lustro de reiteradas caídas, salvando un empate en 2020, el consumo repuntó durante el año pasado. Los pesos quemaban en el bolsillo y había que adelantarse a la inminente devaluación. 

Pese a la escalada de los precios, en diciembre crecieron las ventas de alimentos, bebidas, artículos de limpieza e higiene, sobre todo por las ofertas de las grandes cadenas. Pero ni bien empezó el 2024 la tendencia se fue a pique. Hoy los compradores caminan más, gastan menos y se refugian en las marcas alternativas. 

Ahora bien, ¿cuáles son las expectativas de consumo para la segunda parte del año? Ese tema puso sobre la mesa la Cámara de Almacenes y Mayoristas de Rosario (Cadimro), que se reunió este jueves en el Hotel Presidente. Reunió, entre otros, a Luciano Di Santo (presidente de Cadimro/Micropack), Gustavo Rezzoaglio (secretario de Comercio Interior), Sebastián Chale (secretario de Gobierno de la Municipalidad de Rosario), Gustavo Micatrotta (Cámara Italiana de Comercio en Rosario), Graciela Alabrace (La Cumbre) y Gustavo Quatrin (Platafiro). 

“La gente dejó el hipermercado y va más al negocio del barrio, la compra es menor, no es el momento de marcas propias, sino de precios. Se vino el libre mercado, la libre competencia, la libre elección, oferta y demanda. Como empresarios del rubro tenemos que ser prudentes en este contexto, pero también animarnos a saltar de espaldas”, sostuvo Di Santo en diálogo con Punto biz. 

Hizo, por caso, una analogía con Dick Fosbury cuando habló de “saltar de espaldas”. El atleta estadounidense innovó con su técnica al ejecutar por primera vez el salto de espaldas (salto en alto) y se coronó campeón en los Juegos Olímpicos de México 1968, pero no clasificó para Munich 1972. Dijo que el éxito es efímero -como el de Fosbury- y que hay que “desafiar fuerte el statu quo y reinventarse” porque el escenario en el país es siempre cambiante. 

En la particularidad del negocio de Micropack (mayorista líder en el rubro de supermercados), apostaron por la llegada directa al consumidor final a través de locales de cercanía y por la incorporación de canales para bebidas y panificados. 

Qué es lo que se puede esperar 

La tirantez entre el deseo y la posibilidad de tener algo está más viva que nunca. Es que mucha gente anticipó consumo el año pasado de bienes durables y ahora repondrá sólo lo que se rompa (aunque quiera otra cosa). 

Disminuyen las grandes compras mensuales en grandes superficies y crecen las pequeñas compras de cercanía, y hay mayor frecuencia de compra y menos unidades por ticket. El que siga bajando la inflación y empaten los sueldos terminará por definir cómo se presentará el esquema de consumo para la segunda parte del año. 

“No es racional que la gente acumule mercadería -salvo en la pandemia- y eso hoy lo hizo el bolsillo. Los más golpeados en nuestro caso fueron los hipermercados”, confió Di Santo. Pero el “just in time” hizo que la vieran venir y salieran al ruedo con una cadena de súper exprés, Micro Go, que hoy calza a la medida de este comprador que parió la crisis. Hay billeteras más flacas y la gente se estira hasta lo que puede, no más. 

Claramente el estoqueo previo al cambio de manos en la Casa Rosada y la falta de circulante se nota. Aunque es esperable que la frecuencia de compra vuelva a ser la principal estrategia de los hogares para resguardar el poder adquisitivo, pero esta vez traducida en operaciones de menor tamaño. También el optar por marcas de segunda o tercera líneas y en algunas categorías hasta es probable que caiga la penetración.