La estrategia que pone en marcha la UBA para intentar sumar presupuesto

El Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) decidió avanzar con las gestiones necesarias ante el gobierno de la Nación frente a la extrema preocupación que genera la crisis que atraviesa el sector.

El objetivo es lograr la actualización del presupuesto destinado a los gastos de funcionamiento y la de las partidas vinculadas a salud, paritarias docentes e investigación. Para eso el Consejo Superior resolvió la prórroga del Presupuesto General de la Administración Nacional para el Ejercicio 2023, sus normas modificatorias y complementarias.

Además de manifestar la preocupación de la comunidad universitaria respecto de la situación presupuestaria, el documento encomienda el rector de la universidad, Ricardo Gelpi, “la realización de gestiones ante el Ministerio de Capital Humano a fin de que la Universidad de Buenos Aires disponga de un presupuesto para el presente año que garantice la continuidad de sus funciones en docencia, investigación, salud y extensión”, de acuerdo a lo establecido en el artículo dos.

A su vez, el Consejo Superior pide solicitar a la cartera que encabeza Sandra Pettovello la negociación de las paritarias docentes y no docentes “a fin de recomponer el valor adquisitivo de los salarios en virtud de la inflación registrada” y la actualización del presupuesto destinado a los gastos de funcionamiento de la universidad “así como también la asignación y actualización de las partidas vinculadas a la función salud, vitales para el funcionamiento de los Institutos Asistenciales”.

Respecto al presupuesto, el texto demanda un pedido especial a la Jefatura de Gabinete de Ministros para la asignación de la partida necesaria para las actividades de ciencia y tecnología “a fin de sostener un sistema que es pilar esencial del mantenimiento de investigación y docencia de calidad en nuestras universidades públicas”.

Para realizar el pedido, la UBA argumentó que el presupuesto universitario abarca tanto salarios como gastos de funcionamiento que permiten garantizar las funciones en docencia, investigación, salud y extensión. Además, el mantenimiento de la infraestructura de los edificios de la universidad, con sus correspondientes gastos en limpieza, seguridad y servicios públicos, entre otros.

Los gastos de funcionamiento, según explicaron, sufrieron un impacto de crecimiento al ritmo de la inflación muy por encima del 200% el último año y un 50% acumulado entre diciembre y enero. “Sin perjuicio de aquellos gastos vinculados a la función salud que registran incrementos muy por encima de los valores mencionados, llegando en algunos casos a crecimiento interanual del 1000%”, afirman.

Para la UBA la inflación registrada durante 2023 y 2024, y el congelamiento salarial, dejaron como consecuencia un fuerte deterioro de los ingresos de los docentes y no docentes. “Estas circunstancias afectan de manera gravosa a la Universidad de Buenos Aires, la cual es la institución de educación superior más importante del sistema universitario nacional, con un reconocimiento internacional que la posiciona como una de las casas de altos estudios de Iberoamérica mejor ponderadas”, aseguraron.