La actividad económica tuvo una baja leve en junio, pero repuntó interanual

La economía argentina cerró el primer semestre con señales mixtas: mientras junio dejó una caída mensual de 0,7%, en la comparación interanual se observó un crecimiento de 6,4%, impulsado principalmente por la baja base de comparación del año pasado.

De acuerdo con el Estimador Mensual de Actividad Económica (Emae), entre enero y junio la actividad acumuló un alza de 6,2%. Sin embargo, el recorrido no fue lineal. Tras un rebote inicial que permitió en febrero alcanzar niveles similares a los máximos de 2017 y 2022, la recuperación se interrumpió y desde entonces la economía se mantiene estancada. “En junio, la actividad se ubicó 1,3% por debajo de ese pico”, apuntó la consultora Invecq.

El segundo trimestre reflejó esa parálisis. Apenas avanzó 0,1% frente al primero, afectado por la corrección a la baja del dato de abril (de +1,9% a +1,5%), la contracción de mayo (-0,2%) y la baja de junio. Con estas revisiones, si el nivel actual se mantuviera hasta diciembre, 2025 cerraría con un crecimiento de 4%, por debajo de las proyecciones oficiales y del FMI, que esperan entre 5% y 5,5%.

De cara al segundo semestre, los primeros números de julio no muestran señales alentadoras. Según relevamientos privados, la industria cayó 1,4%, la construcción retrocedió 0,4%, la producción automotriz se desplomó 5,3% y la molienda de soja bajó 7,2%. En cambio, algunos sectores lograron sostener el ritmo: los despachos de cemento subieron 2%, la producción de petróleo avanzó 2,7% y la de acero, 0,9%.

En este contexto, los analistas advierten que la economía atraviesa una etapa de freno luego del repunte post-recesión de 2024, y que la posibilidad de recuperar dinamismo dependerá de la evolución de la inversión, el consumo y las exportaciones en los próximos meses.