Kulfas: “La economía se cayó y navega en el fondo del mar”

“La economía se cayó y hoy navega en el fondo del mar”, fue el diagnóstico determinante que trazó Matías Kulfas, economista y ex ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, una voz muy escuchada por sectores industriales, políticos y gremiales, los mismos que este viernes colmaron el auditorio de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNR para escuchar su diagnóstico tras el primer semestre de gestión de  Javier Milei. Habló de los problemas financieros que atraviesa el Gobierno: “El mercado le picó el boleto”, aseveró, y planteó la necesidad de generar propuestas que sean alternativas al modelo económico vigente y que superen los errores cometidos por su espacio político en el pasado reciente. 

Kulfas dijo que “no ve una salida o recuperación de la economía argentina durante 2024”, que será un año “completamente recesivo” y sólo podría haber una mejora hacia adelante “si mejora el poder adquisitivo del salario y la baja de la inflación se consolida”. La coyuntura exige pensar las estrategias de otra manera. “Esto no es una crisis más, es un cambio de modelo”, advirtió.

El autor de varios libros, el último “un peronismo para el siglo XXI” tiene una visión moderna, tanto de la industria como del Estado y es partidario de allanarse a discutir una reforma laboral que esté acorde al nuevo mercado de trabajo donde prevalece la informalidad, pero basada en un modelo industrialista. Discípulo del reconocido economista Aldo Ferrer – cuya cátedra en la UBA ahora preside – Kulfas trabaja para un nuevo modelo económico y productivo para la Argentina que supere los errores de su espacio político. “Los gobiernos peronistas fueron capaces de generar capacidad productiva y empleo, pero a veces no se ocuparon de la balanza de pagos o la inflación”. Lo dijo frente a un grupo de dirigentes empresariales, gremiales y políticos convocados por el senador del PJ, Marcelo Lewandoski, quien recibió a Kulfas en un panel junto al titular de la Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe), Javier Martín y el diputado Miguel Rabbia.

Kulfas consideró que el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi) “es una oportunidad que se está perdiendo y los riesgos son muy altos”, pese a que muchos empresarios encontraron un alivio tras el maquillaje que le hizo el Senado. Obra pública, mercado financiero y política industrial fueron los temas de esta charla con Punto Biz.

- ¿La recesión tocó un piso o todavía hay más por caer?

- La recesión tocó fondo efectivamente en el mes de marzo, pero lo que no ocurrió es lo que había pronosticado Milei, que es – y aquí pido perdón por el exabrupto, pero así lo dijo el presidente - que es que iba a salir para arriba como pedo de buzo. Eso no es lo que está pasando. Lo que se vio es alguna mejora en abril y mayo, muy pequeña, algunos sectores en junio revirtieron esa mejora. Es decir, la economía se cayó y hoy navega en el fondo del mar, con alguna mejora leve y puntual. Pero además está muy sujeta a la marcha del programa macroeconómico, con lo cual, cualquier escenario que implique, por ejemplo, un nuevo salto cambiario, un nuevo salto inflacionario - todas cosas previsibles- seguramente va a hacer que esa tenue recuperación, insignificante te diría, se detenga y tengamos una nueva caída. 

- ¿Cómo imaginás una salida y qué consecuencias dejaría en la economía argentina esta recesión?

- Yo no veo una salida o recuperación de la economía argentina durante 2024. Creo que este es un año recesivo completo, y que el año que viene podría haber alguna mejora, si es que mejora el poder adquisitivo del salario, si la inflación consolida la baja y los salarios pueden recuperar parte del terreno perdido al menos. Por el lado de la inversión lo veo muy flojo, creo que lo que promete el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (Rigi) va a dinamizar algunas inversiones, sobre todo en minería, pero eso es lento. Un proyecto de cobre tarda 4 años en construirse. Con lo cual va a haber un desembolso o algún movimiento, pero va a ser lento. Quizás sí se vea con más claridad en San Juan, Catamarca o Salta. Pero para la economía en su conjunto esto va a ser mucho más acotado. 

- Los industriales santafesinos fueron muy críticos con el Rigi, luego encontraron algún alivio en el proyecto tras su paso por el Senado, pero también hubo otros sectores en la provincia, proveedores de la industria minera o hidrocarburífera que se manifestaban conformes con el régimen ¿Crees que puede tener algún beneficio, tal como está, para la industria provincial?

- Creo que, como salió, no conviene. Obviamente puede haber sectores productivos que demanden más equipamiento, pero el riesgo es que, ante la ausencia de una mirada de política pública, de compromisos de inversión en proveedores, predominen los esquemas de compras globales. Esto es lo que hay que entender, las empresas multinacionales tienen sistemas de compra global, hacen contratos globales y luego, según conveniencias, incluso impositivas, asignan proveedores en función de lo que maximice sus beneficios. Esto obviamente ya lo vivimos en Argentina. En los años 90 la minería se empezó a desarrollar y el impacto fue muy pobre. Después, con políticas públicas, se empezó a ver mucho más el desarrollo de proveedores. Con lo cual, esto está un poco sujeto a la buena voluntad de las compañías, a algunas conveniencias puntuales. En definitiva, creo que es una oportunidad que se está perdiendo y me parece que los riesgos son muy altos. 

- Luego de la aprobación de la ley Bases el gobierno confiaba en que se calmaría la tensión cambiaria previa. Sin embargo, no ocurrió y persiste ¿A qué lo atribuís?

- El mercado financiero estuvo aprovechándose del esquema que armó el ministro (Luis) Caputo. El devaluó en diciembre, después dijo que no devaluaría más y fijó una regla cambiaria de devaluación de 2% mensual. Fue bajando la tasa de interés 10-12% mensual, paulatinamente, pero lo que hay que entender es que el mundo financiero lo que se mira es la rentabilidad en dólares. Entonces, si vos le das una tasa de interés que, aunque sea negativa en términos reales respecto a la inflación, les permite comprar más dólares, muchos se beneficiaban. Tenían 4% o 5% de tasa de interés con 2% de devaluación, eso significa que el sector iba acumulando más pesos para comprar dólares a un tipo cambio fijo que se movía a una velocidad más baja que la tasa de interés. Cuando se comprimió esa diferencia - porque ya en abril-mayo el gobierno dispuso varias bajas de la tasa- y llegó a un nivel muy parecido, el mercado financiero le picó el boleto, se pasó a dólares, realizó esa rentabilidad y empezó a irse al mercado de dólares financieros, y eso explica que esos tipos de cambio que estaban planchados, incluso debajo de los 1.000 pesos, pasaran en pocas semanas a estar por encima de los 1.400 pesos. Aquí quedó claro que el sistema no está funcionando, que, si había algún puente hacia algún préstamo financiero, ese préstamo no llegó y encima el campo no liquidó en la cuantía que se esperaba. 

- Da la sensación que está todo en stand-by a la espera de la devaluación.

- Milei se enoja, dice que decir que hay un atraso cambiario es “una fatal arrogancia” y viene con disquisiciones teóricas sobre que no se puede conocer a priori el tipo de cambio de equilibrio, entonces es una arrogancia. Yo lo que pregunto es ¿los argentinos que se están cruzando a Chile a comprar son fatales arrogantes?, uno mira el mercado turístico y hay una reducción del 20% en el turismo interno y un aumento muy fuerte de turismo al exterior, ¿son fatales arrogantes o lo que ven es atraso cambiario? Entonces me parece que el gobierno tiene que dejar de estar peleándose con la realidad, cambiar su marco teórico que es equivocado y en todo caso, ver cómo soluciona un problema delicado, porque está en una trampa, ya que solucionar este problema va a tener costos. Pero posponer la solución va a tener costos más altos todavía. 

- ¿Cómo analizás la decisión del gobierno nacional de transferir obras para su ejecución a las provincias y a los gobernadores de aceptarlo? ¿Es una estrategia correcta o resignación?

-Me parece que es resignación, que lo que se busca es salvar algo. Lo que los gobernadores ven es un gobierno que está muy duro, muy firme en la reducción del gasto y en particular en lo que es obra pública, con lo cual tratan de salvar algo. Ese punto lo entiendo, creo que está lejos de ser una solución. Es una locura que un país deje de hacer obra pública, además con eso está poniendo en riesgo lo más básico de la población. 

- Estuviste charlando con los empresarios de Santa Fe en tu paso por Rosario ¿Qué te plantearon?

-Fue una charla muy rica porque básicamente se le puso nombre y apellido a cosas concretas, a lo que ya están marcando las estadísticas, que son industriales que la pelean. Aquí son muchos, segunda o tercera generación de industriales, que tienen un gran amor por lo que hacen y, lamentablemente, están viendo una caída tremenda de la demanda y además un cambio de modelo. Esa es la preocupación, porque los industriales están acostumbrados, también lamentablemente, a las coyunturas malas, a las crisis, pero esto no es una crisis más, esto es un cambio de modelo que compromete a muchos sectores industriales. De modo que creo que es importantísimo que haya una organización, empresaria, política, que permita realmente enfrentar el modelo de Milei. Me parece que lo peor que se puede hacer es pensar que esto va a algún lado. Esto solo va a un lado muy negativo, no tiene ninguna connotación positiva y cuanto antes se pueda generar una reacción propositiva al desastre de este gobierno mejor para el país.