Frigorífico avanza con inversiones mientras busca mudar su histórica sede

Apenas cinco cuadras separan la planta frigorífica de la firma Sánchez y Sánchez SRL de la peatonal de Santa Fe. Así como creció la ciudad capital, también lo hizo la marca Pollos San Andrés que se convirtió en un clásico en los comercios del centro del país y ahora enfrentan un gran desafío. Acaban de adquirir equipo para operar con cartón freezer tecnología moderna para el manejo de la carne aviar y están en plena definición respecto de si montan la infraestructura en la planta actual o empiezan a estructurar la mudanza fuera del centro.

El desafío no es sencillo. “Sabemos que estamos en terrenos muy preciados que valen una fortuna si los pensamos en términos de desarrollo inmobiliario. Pero al mismo tiempo necesitamos un capital importante para hacer el salto”, indica Edel Sánchez, heredera de los fundadores de la compañía y una de las gerentas de la firma, en contacto con Punto biz.

La empresa en rigor de verdad ya cuenta con doce hectáreas en Recreo, donde hace tiempo planean montar el nuevo frigorífico. “No es fácil avanzar en un desembolso semejante más aún atravesando un momento difícil para nuestro mercado”, indicó.

Por lo pronto Sanchez y Sanchez SRL acaba de adquirir una granja más que suman a la lista establecimientos propios y fichó el equipamiento para hacer cartón freezer. “Por un lado adquirimos una granja en Esperanza con la que esperábamos hace más de 30 años. Nosotros alquilamos el lugar pero ante el fallecimiento del dueño, decidimos adquirirlo a sus hijos y de seis galones de cría de pollos pasamos a 8. Eso sumado a la adquisición de la infraestructura de cartoon freezer. Hablamos de una inversión del orden de los u$s2 M”, añadió.

En rigor de verdad los números de Pollos San Andrés son grandes. Tienen 540 empleados entre los que trabajan en el frigorífico, la logística de distribución y los establecimientos de cría. Hay 9 granjas propias y 2 alquiladas tanto territorio santafesino como en Entre Ríos y hay un puñado más de granjas integradas donde la empresa provee de insumos a los propietarios de los galpones. 

Un mercado complicado

“Por un lado se complicó la exportación. Veníamos haciendo envíos a buen ritmo pero salimos de mercado por el atraso cambiario y las dificultades para competir. Exportábamos garras a Hong Kong, harina de pluma a Vietnam y corazones a Brasil. Todo eso se cayó”, expuso la empresaria.

Las dificultades en el frente externo se suman a los problemas de demanda en el mercado doméstico. “SI bien la proteína de pollo es la más barata, lo cierto es que las ventas cayeron, eso sumado a que se exporta nada, el resultado redundado en un mercado con sobreoferta. Hay competidores que están congelando las supremas porque esos cortes la gente está dejando de consumirlos. Se mueve y mucho la venta de alitas, todo un síntoma de la crisis en el nivel de ingresos del consumidor medio”, sumó.

En un contexto marcado por la inflación Edel Sánchez negó que la pata frigorífica saque tajada de la remarcación. “Son los supermercados los que ganan fuerte sacándole hasta un 200% de ganancia a la mercadería. Nosotros con IVA incluído estamos vendiendo hoy un cajón de 20 kilos de pollo a $10.200, una cifra irrisoria frente a los gastos que tenemos”, expuso.

Además de la planta de faena y las granjas, Sánchez y Sánchez tiene una planta propia de balanceado y otra de procesamiento de soja, ambas en Franck; una planta de subproductos en el Parque Industrial Sauce Viejo para procesar vísceras y plumas resultantes de la faena y un establecimiento de incubación. El frigorífico es capaz de procesar una producción de más de 6.000 pollos por hora. Además la firma controla una flota propia de camiones de distribución.