De la mano del litio y el cobre, multinacional aumenta producción en Santa Fe

Si bien en 2015 concretaron un fuerte esquema de inversiones que permitió levantar una planta modelo, la hoja de ruta de la multinacional Himoinsa, que en Argentina opera en la ciudad de Sastre, coronó el año pasado un ciclo en el que incrementó un 100% la producción de grupos electrógenos.

Bajo el paraguas del holding japonés Yanmar -especialista en la fabricación de motores diésel- desde 2016 , Himoinsa es la continuación de la firma familiar Cramaco instalada desde hace décadas en la ciudad cabecera del departamento San Martín. Lo cierto es que la localidad nunca antes vio salir desde allí tantos equipos de generación de energía como ahora.

“Podemos decir que ahora estamos recogiendo los frutos de los fuertes desembolsos que hicieron entre 2015 y 2016. Generamos un proceso caracterizado por el desarrollo de una línea de producto, la gestación de una red comercial, y ahora ya estamos con toda la gama de productos producida, con la red comercial más o menos madura, para darle fuerza más que nada al volumen de fabricación”, precisó Andrés Spies, gerente comercial de Himoinsa Argentina.

Precisamente el incremento en el régimen de fabricación repectura en el número de unidades. “Pasamos de 160 equipos hasta 2020 a los 310 el año pasado y los 360 para este año. La capacidad instalada da para más por lo que buscamos en el mediano plazo arribar a los 450 grupos electrógenos con toda la línea de montaje ajustada”, añadió el ejecutivo, en contacto con Punto biz.

El complejo donde opera Himoinsa tiene 10.000 m2 con 8.000 de superficie cubierta y otros 2.000 m2 para maniobras, pero el espacio propio alcanzó en realidad las 3 hectáreas. “Chances de crecer hay muchas, la escala en la que producimos en Argentina no se compara con las cifras de Europa o China. Por caso, la planta de España solo la semana pasada hizo 500 generadores, es decir que salen de la línea 15.000 unidades anuales, en China, otras 10.000. No se comparan los volúmenes, pero nuestra apuesta es la de crecer año a año”, sostuvo.

El motor del incremento de volumen está en dos ramas que están muy activas en demanda: minería (explotaciones de litio y cobre) y producción hidrocarburífera (gas y petróleo). “Vaca Muerta tracciona. Hasta la concreción del gasoducto había mucho gas que no se podía extraer, por lo que con el tendido parcialmente completado se reactivaron una serie de inversiones en Neuquén que derivó en un incremento de la demanda de equipos. Algo similar ocurre con los yacimientos de litio y cobre cuyo interés por equipamiento como los que nosotros hacemos está en alza”, dijo.

Fue entre los años 2003 y 2004 que la multinacional Himoinsa hizo el aporte de capital inicial que fue clave para la concreción de la nueva planta. Aquel desembolso terminó derivando en que el 90% del capital accionario de Cramaco quedó en manos de Himoinsa. El 10% restante se completó cuando Himoinsa fue adquirida por la japonesa Yanmar.