La papelera que se hizo tira y mantiene en vilo a un pueblo

Señera de la industria papelera sudamericana, suma 137 años de vida pero las máquinas de la planta están paralizadas desde hace casi un mes. Se trata de Papelera Andino, de la localidad que le dio su nombre, que pasa por una crisis que la tiene al borde del cierre definitivo y con el peligro de que se pierdan casi un centenar de empleos. 

A los trabajadores les deben dos meses de salarios, la Provincia clausuró la fábrica a finales de mayo por falta de higiene y seguridad, acumula más de $50 M en rojo por no liquidar impuestos provinciales y tasas municipales, y el dueño de la empresa, un empresario bonaerense, desapareció de los lugares que solía frecuentar.

El propietario de Papelera Andino es Alberto Gasotti, quien a su vez comanda Argenkraft SA, fabricante de cartón corrugado emplazado en Laferrere, provincia de Buenos Aires, que se abastecía con la producción de Andino. “Queremos saber qué quiere hacer el dueño con esta planta y el gobierno nacional se comprometió a encontrarlo y citarlo”,  explicó a punto biz Ceferino Lioi, secretario de la filial local de la Federación de Obreros de la Industria del Papel, Cartón y Químicos. 

Hace pocos días viajaron a la Casa Rosada para reunirse con el jefe de Gabinete Jorge Capitanich, quien se comprometió a tramitar planes Repro y con eso garantizar una parte de los salarios que la patronal dejó de pagar a los 98 operarios.

El propietario ya no aparece por Andino pero los apoderados legales manifiestan que la compañía está herida de muerte por un pedido de quiebra que habría tramitado el Banco Provincia de Buenos Aires en la justicia bonaerense. Mientras tanto, la producción de papel prensado y reciclado para la confección de cartón está parada. 

Papelera Andino muestra mucho atraso tecnológico y la fábrica presenta condiciones deficientes, pero el gremio no termina de explicarse cómo fue que se llegó a esta situación. “El negocio del cartón le garantizaba a la planta una producción de 1,5 M de toneladas de papel tipo onda y liner para abastecer a la fabricación de corrugado”, apuntó Lioi.

Cuando la Gloria no alcanza

Papelera Andino tiene un pasado de esplendor, que se remonta a los orígenes del procesamiento de pasta celulosa en el país, cuando el pueblo de Andino ni siquiera estaba fundado. La planta a la vera de río Carcarañá data de 1870, cuando Celulosa Argentina comenzaba a operar al norte de Rosario.

 “Todo comenzó a desmoronarse cuando Celulosa Argentina decidió desprenderse de las instalaciones en un proceso traumático. El complejo quedó a cargo de Compagnucci, un empresario que vació la firma y dejó deudas millonarias en servicios e impuestos. La sociedad ICA, integrada por tres socios rosarinos adquirió la planta por un breve tiempo, y ante la imposibilidad de remontar las operaciones comenzaron las negociaciones de venta a Gasotti, el actual propietario. En medio del traspaso casi fracasa la operación, por lo que la Comuna y los obreros iniciaron gestiones para intentar conformar una cooperativa, posibilidad que luego fue descartada”, repasó Palotti.

Gasotti transformó Papelera Andino en una unidad abastecedora de su negocio de corrugados y la planta dejó de producir para siempre papel de uso doméstico. “Si quisieran volver a fabricar lo que originalmente se hacía, la inversión necesaria sería imposible de absorberse producto del atraso técnico y  las deficiencias edilicias de las instalaciones”, completó el presidente comunal.