Ganadero se prepara para salir del concurso y perfila nuevas inversiones

El empresario ganadero Amílcar Oberto, titular de Agroganadera Don Atilio (ADA), con base en Carcarañá, asegura estar transitando la recta final del concurso preventivo que la firma afronta desde mayo de 2024 y, al mismo tiempo, empieza a perfilar inversiones con la mira puesta en los mercados internacionales.

ADA se dedica al negocio de los feedlots y además controla un frigorífico ciclo II en Carcarañá, donde actualmente avanza con obras de infraestructura clave para poder operar tanto en la importación como en la exportación de carne. “Ya habilité la empresa en Arca para importar y exportar, y estoy terminando las habilitaciones en Senasa. La idea es estar preparados para actuar en forma inmediata cuando se den las condiciones”, explicó Oberto en diálogo con Punto biz.

El proceso concursal avanza con la expectativa de lograr la homologación del acuerdo con acreedores entre fines de 2025 y principios de 2026. Según Oberto, el entendimiento con los principales actores ya está encaminado y la relación con los proveedores históricos se mantuvo casi sin cambios. Pero en el mientras tanto, la compañía encaró una serie de ajustes en el esquema productivo. 

El frigorífico ciclo II de Carcarañá incorporó modificaciones para poder recibir mercadería congelada y súper congelada, condición indispensable para insertarse en el circuito de importación y exportación. Además, ADA mantiene acuerdos de faena tercerizada en la planta Casilda controlada hasta hace muy poco por la familia Mattievich y hoy en manos del Grupo Lequio y lo mismo sucede con producción de hamburguesas que se concentra en la planta Carcarañá de los Lequio.

“Lo que busco es ser eficiente: cuando convenga importar, tener la posibilidad de hacerlo, y cuando haya oportunidades de exportación, poder aprovecharlas de inmediato”, detalló el empresario.

Otro frente de trabajo es el nuevo patio de comidas en el feedlot de Carcarañá, una obra destinada a mejorar la eficiencia de alimentación y reducir costos operativos. “El patio actual quedó chico. Con esta inversión vamos a unificar todo en un mismo punto, lo que nos permite ahorrar en desperdicio, movilidad y tiempos de trabajo. En principio está pensado para los 5.000 animales que tenemos en ocupación, pero a futuro nos habilita a duplicar la capacidad hasta 10.000 cabezas”, señaló Oberto.

Si bien la ampliación plena del feedlot no se activará hasta después de la homologación del concurso y dependerá del contexto macroeconómico, la demanda ya aparece en el horizonte: “Hoy tendría capacidad completa para 10.000 animales, pero no quiero repetir los errores del pasado. Prefiero crecer en forma gradual y ordenada”, consideró.

Consultado sobre la coyuntura del sector, Oberto se mostró cauto respecto de la eliminación del peso mínimo de faena que regirá desde enero. “Es una desregulación que puede llevar a que muchos se vuelquen a animales más livianos y eso, en definitiva, atenta contra el volumen de producción cárnica del país”, analizó.

Mientras tanto, el foco de ADA está puesto en estabilizar su estructura financiera, concluir las obras que le darán mayor eficiencia al negocio y preparar la empresa para una nueva etapa de crecimiento, ahora con la chance de sumar operaciones en el comercio exterior. “Quiero una empresa ordenada, que pueda crecer de manera estable y sin sobresaltos”, concluyó el empresario. El trámite concursal fue habilitado el 16 de mayo del año pasado por la jueza María Laura Aguaya, al frente del Juzgado de Primera Instancia en lo Civil, Comercial y Laboral de la 2ª Nominación de Cañada de Gómez.