Cuando llegó la pandemia del coronavirus Dal Lago no arrugó

En un año marcado por la pandemia, Silvana Dal Lago, titular de la marca de indumentaria deportiva Sonder, debió encarar  una reconversión productiva sui generis, porque durante ocho semanas las máquinas trabajaron ad honorem para cortar barbijos que luego fueron donados a la secretaría de Salud. Ese paso no resolvió las finanzas de la firma, pero permitió mantenerse en actividad y no caer en un pozo del cual luego sería muy difícil salir.

“En vez de largarme a llorar quise ponerme a hacer algo productivo para colaborar porque lo que se venía, que era terrible. Estuvimos tres semanas trabajando ad honorem con la gente que se fue incorporando y luego otras cuatro semanas vendiendo barbijos. Principalmente fue tapar las penas, no tirarse a llorar y tratar de sentirse útiles en algo. Fue una reconversión para no apagar los motores. Visto en perspectiva eso nos hizo mantenernos en ritmo”, contó a Punto biz Dal Lago ya en tono de análisis a meses del inicio de la pandemia en marzo.

Su empresa entregó 272.000 barbijos y 33.000 batas a Salud pública de Rosario, hechos 100% en Sonder, además cortaron otros 200.000 barbijos y 7.000 batas también para la Municipalidad y otros hospitales públicos como el Provincial, el Italiano y entidades no gubernamentales, como Rosario en Acción.

Todo ese impulso solidario del comienzo se superpuso ocho semanas después con la habilitación para trabajar del rubro. “Entonces me desesperé para no dejar en banda a la gente de Salud,  y empezamos a sumar gente que pudiera coser. Como no nos daban las manos para coser pero si la tecnología de corte, armamos una red de costureros y ayudamos a organizarla”, recordó la industrial. Así se gestó una red de voluntarios para confeccionar batas y barbijos, y Sonder sincronizó  con otros textiles como Vandalia, Melocotón y Tannery para multiplicar esfuerzos. 

La vuelta al ruedo

Como las máquinas nunca se apagaron, la vuelta al ruedo no fue tan difícil, al menos no desde lo productivo. Hubo, claro, otros escollos a superar como la falta de materias primas o las exigencias de los proveedores de abonar todo en efectivo. Sin embargo, Sonder contaba con stock y la organización interna  les permitió  salir del atolladero e inclusos ganar casilleros en el tablero de ventas.Al tener todos los procesos productivos dentro de la planta, siempre estamos abastecidos de materia prima, de todas formas empezamos a comprar nuevas telas. Reorganizamos mucho el catálogo que seguía, lo armamos de acuerdo a lo que íbamos teniendo. Claro que hicimos lo que quisimos, nos adaptamos a lo que pudimos”, describió la empresaria textil.

La reorganización del personal fue paulatina y hubo que seguir los protocolos. “El 11 de mayo empezamos. Lo primero que hicimos fue lo de invierno, después se cortó la producción, porque decidimos hacer prendas más rápidas, por ejemplo buzos en lugar de camperas”, señaló Dal Lago.

La adaptación a la nueva normalidad  fue para Dal Lago encontrarse con un vaso lleno. “Hay mucho más orden, los clientes están más ordenados. Tenemos menos tránsito de personas y mejoró el  vínculo. Y seguimos trabajando igual. Estábamos bien plantados y pudimos responder rapidísimo, con una una plataforma online implementada tanto para las ventas mayoristas como las minoristas. Así pudimos seguir vendiendo”.

Ficha técnica:

Nombre: Silvana Dal Lago

Cargo: Titular de Sonder

Edad: 51 años

Hijos: 4