Cuadernos: procesan a constructores rosarinos y otro zafó de la causa

La expresidenta Cristina Kirchner, exfuncionarios encabezados por Julio De Vido y más de 100 de los principales empresarios de la construcción de la Argentina que están involucrados en la causa de los cuadernos, quedaron procesados en el marco de la investigación principal.

El juez Claudio Bonadio dictó los procesamientos por la causa de la cartelización de la obra pública, un caso que busca determinar si las empresas que fueron adjudicatarias de contratos entre 2003 y 2015 integraron una asociación ilícita.

Cristina Kirchner ya está procesada como jefa de una banda que recaudó con los negocios del Ministerio de Planificación en los viajes que hizo para Roberto Baratta el chofer Oscar Centeno. El caso ya está por ir a juicio oral. Pero lleva adelante varias causas paralelas que se activaron después del expediente por las anotaciones de Centeno, entre ellas una por la cartelización de la obra pública y otra por coimas que habrían pagado las compañías beneficiadas por las concesiones viales. Esos dos expedientes se originaron por los dichos de arrepentidos en la causa principal.

Por esta investigación, el juez Bonadio amplió este jueves el procesamiento de Cristina Kirchner, con prisión preventiva, y dictó un embargo por $11.502.000.000. También se procesó a De Vido, al ex secretario de Obras Publicas José Lopez, el financista Ernesto Clarens y los ex funcionarios de Vialidad Nelson Periotti, Sandro Férgola, Hernán Passacantando y Germán Nivello.

El capítulo rosarino incluye a empresarios de Rosario, a saber:

1- Pablo Leonardo Nazar: titular de Rovial SA, es el vicepresidente primero de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción. La empresa fue fundada en 1979 y tuvo una activa participación en la obra pública santafesina.

2- Rubén y Franco Gagliardo: El primero fundó Obring en 1967 y el segundo, su hijo, está hoy al frente de la compañía. Obring es un fuerte jugador de la obra pública santafesina: construyó la avenida circunvalación de Santa Fe, el acceso al aeropuerto de Rosario, rutas provinciales y nacionales, la doble traza de la avenida Wheelright, la reconstrucción del muelle de Parque España, el Acueducto Centro, el Aliviador III, entre otras.

En tanto, se le dictó falta de mérito a Oscar Glikstein, quien en su momento pisó fuerte en las licitaciones de obra pública en Santa Fe. En 2003 obtuvo la concesión del Corredor 5, con una extensión de 1514 kilómetros. Glikstein participó con Covico, Coprisa, Estructura SA y Noreste Construcciones.

En un escrito de 678 páginas, los empresarios figuran como parte de un supuesto circuito de dinero motorizado por constructores que pagaban sobornos para quedarse con contratos de obra pública que administraba el Ministerio de Planificación Federal, por entonces a cargo de De Vido. Ese circuito del dinero, según las manifestaciones del financista Ernesto Clarence corroboradas en los cuadernos del chofer Centeno (el primero de los arrepentidos) terminaba en manos de la familia Kirchner.

También aparecen en el escrito de Bonadío los santafesinos Miguel Ángel Marconi, ingeniero, oriundo de Los Cardos, Néstor Guerechet, Néstor Periotti, ingeniero, oriundo de Colonia Belgrano, Provincia de Santa Fe y Oscar Enzo Terraneo, ingeniero, de Armstrong, Provincia de Santa Fe.