Siderúrgica rosarina encara obra para sacar litio sin precedentes en Sudamérica

Ebinox nació en 1991 como una empresa familiar dedicada al negocio del acero con el objetivo de abastecer a la industria nacional. Con más de tres décadas de trayectoria, hace un año encararon un ambicioso proyecto en el Salar de Olaroz, a más de 4.000 metros de altura en la provincia de Jujuy, encargado por una empresa extranjera para extraer litio. La metalúrgica rosarina desembolsó casi u$s1 M para responder a esta obra de gran envergadura y sin precedentes en Argentina y Sudamérica.

“Fuimos contratados para la construcción de las cañerías para extracción de litio. Ese trabajo lo realizamos en nuestra planta en Rosario y luego, hacemos el montaje de las mismas en obra. Además, fabricamos tipos en acero inoxidable y titanio”, explicó a Punto biz, Eric Besset, director de Ebinox, al tiempo que comentó que la obra arrancó en octubre del año pasado y tienen previsto finalizar con los trabajos a fines de este año.

“Estamos llevando a cabo la ingeniería y construcción de las cañerías en aceros dúplex y titanio grado 2 y grado 12”, detalló.

Consultado por las inversiones que fueron necesarias para asumir la obra, señaló que construyeron una nueva nave de 2000 m2 de “área blanca”, lo que significa que no puede contener ningún tipo de contaminación. Ese espacio es destinado exclusivamente para soldar titanio. Además, proyectan otra nave que les permitirá ampliar la capacidad productiva. En ese caso, compraron maquinarias en el exterior como equipos laser, plegadoras, roladoras, entre otras. Estiman que esta última planta esté lista para fines de 2022.

"Contamos con un departamento de ingeniería con tecnología de punta. Utilizamos un software de ingeniería que en el país lo tenemos nosotros, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Invap", afirmó  Besset.

En cuanto al empleo directo e indirecto que mueven con la faraónica obra, el responsable de la empresa aseguró que intervienen unas 150 personas. Sin embargo, apuntó a que dada la realidad económica y social que atraviesa la Argentina, les resulta difícil conseguir mano de obra calificada del mercado laboral, por lo que la empresa debe asumir un alto costo de capacitación.

“La gente que tomamos para soldar titanio la estamos formando nosotros. Durante seis meses invertimos en cursos para que puedan aprender el oficio. Últimamente es muy difícil conseguir personal idóneo”, manifestó.