Localidad se quedó sin salud privada y apuntan contra los socios

Fuerte revuelo causó a finales de mayo la decisión de los gerenciadores de la única clínica privada de Ceres -la ciudad más poblada del departamento San Cristóbal- de bajar las persianas. No solo porque significó que todos en la región tengan que atenderse ahora bajo la esfera de la salud pública, también porque el cese de actividades no estuvo exento de conflicto. Por lo pronto, el fuero Civil y Comercial de Santa Fe habilitó la quiebra que la firma Ceres Salud SA había presentado en el mes de julio. Una de las médicas accionistas de la empresa, el mismo mes en que el efector independiente dejaba de dar prestaciones, fue designada como directora del hospital regional de la localidad.

De no mediar prórrogas, los acreedores de la compañía tienen plazo hasta el 3 de octubre para presentar créditos adeudados por la fallida ante la sindicatura que fue designada por el Juzgado de Primera Instancia de Distrito N° 10 en lo Civil, Comercial y Laboral de San Cristóbal. La firma de las actuaciones corrió por cuenta del magistrado Matías Colón, designado como juez en Rafaela, pero con potestad para rubricar definiciones ante la vacancia del cargo de magistrado en San Cristóbal.

El reclamo más importante alrededor del caso es el de los trabajadores en relación al cobro del aguinaldo que es lo que quedó pendiente de liquidación en los días posteriores al cierre del sanatorio. “Tenemos muy presente el momento en que el director médico de la clínica, Marcelo Flores, nos reunió el 31 de mayo pasado al mediodía, para confirmarme que esa misma tarde noche la empresa cerraba sus puertas. Nunca hubo un telegrama de despido. Fue por eso que decidimos ocupar nuestros puestos de empleo hasta que no llegara una notificación formal de desvinculación. En el medio corrió una conciliación obligatoria de parte del Ministerio de Trabajo de Santa Fe que nosotros como empleados siempre respetamos, la empresa no”, precisa Yolanda Orellano, ayudante de enfermería, que prestó servicio durante 15 años a la firma, en contacto con Punto biz.

“Estuvimos ocupando las instalaciones hasta que se confirmó que la compañía pidió la quiebra, cuya apertura llegó ahora. en el medio nos liquidaron el sueldo de mayo, pero falta el aguinaldo, la indemnización y vamos a ver en qué condiciones lo cobramos”, expuso la empleada.

El cierre de la clínica que como sociedad se formó a partir de la fusión de dos efectores privados, no quedó exento de condimentos particulares. “Como cuando conocimos la decisión de la empresa de cerrar convocamos al gremio para que tomara cartas en el asunto, hubo presión para que no se desalojara el edificio de la clínica. Mientras los médicos que alquilaban consultorios eran autorizados a llevarse sus cosas, decidimos que aquellos que eran parte del plantel del sanatorio y en parte socios de la compañía no podían llevarse sus pertenencias hasta que el Ministerio de Trabajo tomará cartas en el asunto. Lo cierto es que ese mismo 31 de mayo hubo médicos-socios de Ceres Salud que sacaron sus cosas por las ventanas”, agregó Orellano.

El origen de la SA se remonta al año 2013 cuando se fusionaron las clínicas Mater Dei -cuyo edificio quedó dispuesto solo para consultorios ambulatorios- y el Sanatorio Parque de Ceres, donde se montó la base de Ceres Salud con 10 habitaciones y quirófano. “Una nómina de más de 10 médicos de la ciudad y la región quedó a cargo de la sociedad que explotó comercialmente el servicio. Como es lógico, rápidamente el grueso de los profesionales mudaron sus consultorios y hoy siguen trabajando fuera del paraguas de Ceres Salud”, confirmó la empleada.

De la quiebra a la dirección

En la larga lista de accionistas figura la médica pediatra Romina Galeano, que en mayo de este año asume la dirección del Hospital Provincial de Ceres, uno de los más modernos de la red de efectores públicos santafesinos inaugurado en 2017. La toma de posesión del cargo coincide con la decisión de bajar persiana que la profesional tomó como socia de Ceres Salud. El caso, dejó 25 empleados sin trabajo y aguardando por las indemnizaciones.