Llevan la profesión en la sangre y ahora son médicos ilustres de Rosario

Con un recinto lleno de colegas y amigos, este viernes por la tarde, los doctores José Luis y Francisco Aparicio fueron reconocidos como “Médicos Distinguidos” de Rosario “en virtud de su trayectoria académica y desempeño en el ámbito de la salud, tanto pública como privada” y por sus “aportes innovadores” en cada uno de los ámbitos donde desarrollaron su profesión.

El acto fue presidido por la concejala Renata Ghilotti, de Propuesta Republicana, a quien acompañó el diputado provincial de Juntos por el Cambio, Gabriel Chumpitaz y fue atentamente seguida por sus familiares quienes también tuvieron la posibilidad de decir unas palabras previas a la distinción.

Además, dieron el presente, la ministra de Salud de la provincia, Sonia Martorano, y el secretario de Salud provincial, Jorge Prieto.

El acto comenzó con la lectura del Decreto en el cual se declaró a José Luis Aparicio como Médico Distinguido “en virtud de su trayectoria académica y desempeño en el ámbito de la salud, tanto pública como privada, por su aporte innovador en la nueva técnica de la artroscopía, destacándose además en los valores de solidaridad y compromiso tanto como médico y docente” y a Francisco Aparicio por su “trayectoria académica y desempeño en el ámbito de la salud, tanto pública como privada, por su aporte innovador en medicina física y rehabilitación, destacándose además en los valores de solidaridad y compromiso como médico y docente”. 

Francisco nació en Cartagena (España) y José Luis en Barcelona (España); ambos decidieron estudiar medicina en Argentina, país donde luego sentarían raíces, triunfarían en su profesión y nacería su pasión por la traumatología y el deporte que los llevó a ser una pata clave en el club Rosario Central.

Francisco en primer lugar y luego José Luis, fueron por muchos años los encargados de contener la salud física de todo el plantel, dejando una huella fundamental en sus más de 50 años de trayectoria.

“Es un galardón imposible de soñar cuando uno empieza como comenzamos nosotros”, expresó José Luis tras la distinción y contó que sus comienzos fueron “desde la lucha” y “el pensamiento de hacer algo distinto”. “Hoy coronamos ese caminos tan duro y prolongado que vivimos”, remarcó. 

Asimismo, se refirió a los nuevos profesionales y aconcejó que sigan siempre “una disciplina para terminar con un fin lógico y pasión”. 

“Yo no cambiaría ningún rumbo de mi vida y a veces cuando los colegas se sienten un poco perdidos con la realidad, buscan la solución del problema cambiando de especialidad y esto lo único que hace es prolongar la agonía, es muy difícil insertarse en el que uno no tenga pasión”, subrayó 

Además, el especialista se animó a vaticinar a medicina del futuro y aseguró que en no menos de tres o cuatro años la tecnología invadirá a la ciencia pero remarcó la importancia de que los profesionales participen de la “inteligencia emocional” de los pacientes. 

Por su parte, Francisco recordó a sus padres que llegaron de España con la ilusión de que sus hijos estudien Medicina y destacó que ese amor por la disciplina logró transmitirse de generación en generación. “Pareciera que fuese algo genético”, enfatizó.

Del mismo modo, recordó su paso por el cuerpo médico de Rosario Central, hecho que, –consideró- marcó un “antes y un después” en su profesión.

“Pasamos por un momento en el club en que teníamos muchos campeonatos, dimos la vuelta al mundo y eso me impactó en mi vida”, expresó y señaló que, allí tuvo los mejores recuerdos.

Francisco, al igual que su hermano vislumbra el futuro de la medicina atravesado por la tecnología y con la ilusión de nuevos progresos.