Montan nueva nave para expandir un negocio que restaura los campos

Miraron el mercado europeo, apostaron a la investigación y armaron su propio sistema de camas biológicas, adaptadas al campo argentino. Tras cuatro años en el mercado, Agrobiobeds -una empresa con sede en Pergamino- ahora invierte para montar una nueva nave en el parque industrial de esa localidad, en la que unificarán las oficinas administrativas con el área de producción, e instalarán un sector de ensamblaje.

En el flamante emplazamiento podrán completar todo el proceso de producción y despachar el producto terminado. Al evitar la instalación en el campo de cada cliente, optimizarán los costos de logística. “Si hoy nos llaman desde Salta para instalar una cama lo hacemos, pero la logística que precisamos es costosa y perdemos competitividad. Entendemos que la nueva infraestructura va a propulsar el posicionamiento en otras provincias y va a acelerar la expansión en otros mercados”, explicó Guillermo Tucat, uno de los socios fundadores de la firma.

Las camas purifican de manera biológica la tierra afectada por los excedentes de las pulverizadoras. Estas máquinas son lavadas siempre en un mismo espacio, y dejan la tierra infértil en un radio que puede ir desde 100 m2 a 200 m2. La solución que encontró Agrobiobeds a este problema es biológica y gradual: demora un año hasta que la tierra vuelve a contar con características aptas.

“Hasta donde sabemos, somos la única empresa que se dedica exclusivamente a comercializar camas biológicas”, comentó el empresario, que vende e instala productos 100% personalizados para el contratista. Ofrecen la variante de cama directa (instalada en la tierra) o indirecta, que requiere de una plataforma de hormigón.

Desarrollo continuo

Al frente de la empresa hay tres ingenieros agrónomos abocados a la innovación. “No hace tanto que estamos en actividad pero hemos ido mejorando constantemente el producto, vamos alimentando en base a la experiencia del cliente”, comentó Tucat en diálogo con Punto biz. La empresa que inició en 2021 cuenta con más de treinta camas instaladas en Santa Fe, Buenos Aires, Córdoba y La Pampa. “Generalmente el perfil de nuestro cliente es un productor que quiere hacer las cosas bien porque le interesa dejar un buen lugar para su familia”.

El modelo que más han vendido es una cama biológica directa con playón de lavado, que tiene un costo de u$s17.500 (aunque varía según la zona de instalación por el impacto del flete).   

El uso de las camas cuenta como una Buena Práctica Agrícola (BPA), y si bien en Argentina no hay una legislación sobre su uso, el mercado del campo está intrínsecamente conectado con la exportación y las BPA son un sello distintivo para las empresas que buscan certificaciones internacionales.  “Al principio nadie sabía y la primera pregunta era ¿por qué hacer esto si nadie me obliga? Creo que actualmente hay mucha más concientización ambiental, además de que no se necesita explicación para lo que se ve”, reflexionó el ingeniero.