Fracasó una mesa de fasones para Vicentin y sigue la incertidumbre

El mes de abril comenzó con nuevas señales de alarma en Vicentin, la agroexportadora santafesina que aún no logra salir del laberinto económico, judicial y operativo en el que se encuentra desde que en 2019 se declaró en cesación de pagos. El panorama se complicó aún más para la firma luego del cimbronazo en el frente penal que significó la detención de cuatro figuras de peso en la historia reciente de la agroexportadora. Al igual que ocurrió en marzo con los haberes correspondientes a febrero, los salarios de este mes no están garantizados, lo que mantiene en vilo a los trabajadores de la firma.

La falta de materia prima para procesar en sus plantas industriales impide la generación de ingresos y profundiza la parálisis productiva. En ese marco, y con el objetivo de reactivar aunque sea parcialmente la operatoria, este jueves se llevó a cabo una instancia de diálogo denominada “mesa de fasones”. La convocatoria fue impulsada por el juez del concurso preventivo, Fabián Lorenzini, junto con los veedores judiciales Andrés Shocrón y Guillermo Nudemberg designados hace pocas semanas ante la imposibilidad de la firma de liquidar salarios en tiempo y forma. El encuentro tuvo como finalidad reunir a las partes que podrían ofrecer soluciones para el abastecimiento de granos.

Participaron de la reunión representantes de Vicentin y de empresas con capacidad para proveer mercadería bajo la modalidad de fasones —es decir, aportando el grano para ser procesado en las instalaciones de la concursada—, pero se destacó la ausencia de emisarios de las firmas estratégicas involucradas en el plan de pagos que promueve Vicentin. La falta de estos actores clave, que podrían jugar un rol decisivo en la sostenibilidad del plan de reestructuración, generó desconcierto y acentuó las dudas sobre el futuro inmediato de la empresa.

Según señalaron fuentes cercanas a la compañía, el encuentro no dejó definiciones claras sobre posibles acuerdos de abastecimiento, y el escenario sigue siendo incierto tanto para la continuidad de las operaciones como para el cumplimiento de las obligaciones salariales. Los trabajadores de la firma, que en su momento llegaron a ser más de 1.300 en distintas plantas del norte santafesino, viven nuevamente bajo la sombra de la inestabilidad y la expectativa de pagos fraccionados o demorados.

En paralelo a estas dificultades operativas, la situación judicial de la conducción de Vicentin sumó un nuevo capítulo. La semana pasada, tres de los actuales directivos —Estanislao Bougain, Carlos Sartor y Daniel Foschiatti— fueron imputados por la Justicia provincial en una causa que investiga el presunto desvío de activos de la empresa en concurso en beneficio personal. Estos tres ejecutivos continúan desempeñando funciones en el día a día de la empresa, pese a que integran el bloque de 19 referentes ligados a Vicentin que enfrentan cargos por delitos económicos.

El expediente judicial, que sacudió a todo el entorno empresarial santafesino, también derivó en la prisión preventiva de cuatro exdirectivos, acusados de maniobras de vaciamiento y ocultamiento de bienes en perjuicio de los acreedores. Estas imputaciones se suman a los ya numerosos frentes judiciales que enfrenta la firma en diferentes jurisdicciones.

Mientras tanto, el plan de pagos propuesto por Vicentin en el marco del concurso preventivo sigue frenado, luego del bochazo de la Corte Surpema de la provincia, mientras la firma busca que el expediente salte a la Corte nacional. La falta de respaldo operativo, la continuidad de un management bajo sospecha judicial y la ausencia de actores estratégicos en las instancias clave del proceso agudizan la percepción de que el futuro de la empresa sigue colgado de un hilo.