Emepa pegó dos al hilo: le dieron el balizamiento del Paraná

La firma argentina Emepa, propiedad del empresario bonaerense Gabriel Romero, fue preadjudicada para realizar el servicio de balizamiento de la Hidrovía, en la licitación “corta” que encaró la Administración General de Puertos (AGP) a modo de transición hasta que se avance en el proceso de licitación de fondo.

La adjudicación en principio es por 180 días, aunque el periodo podría llegar a prorrogarse en la medida en que se demore la finalización de los pliegos para el mantenimiento de canal navegable por 15 a 20 años que deberían salir este año.

El dictámen de la AGP inclinó la balanza para Emepa que hizo la mejor oferta económica y logró dejar en el camino a la UTE conformada por las empresa Pentamar y Sade Electromecánica, cuyo planteo de números quedó relegado. Los pliegos del contrato estipulan un desembolso de u$s 10.9 M más IVA para los trabajos básicos y uno estimado en u$s4.8 M más IVA para las intervenciones eventuales.

La licitación del balizamiento es mucho menor en envergadura que la del dragado del río, pero en ese terreno también Emepa obtuvo un buen resultado. Es que luego de haber sido desechada su propuesta por la falta de antecedentes técnicos, la única propuesta que había quedado firme fue desechada por la AGP, y esa licitación quedó desierta. Así, Gabrel Romero pegó dos al hilo. En las últimas horas cobró fuerza la versión de que el empresario denunciado en la causa de los Cuadernos del chofer Centeno cuenta con un socio de mucho peso y fuertes influencias en el poder, que combina negocios petroleros, medios de comunicación y casinos. 

Lo que llama la atención es que Romero pasó del escarmiento a la gloria en el transcurso de unos pocos meses. Cuando el gobierno nacional precipitó del cierre del viejo y vencido contrato de licitación con Hidrovía SA, se dijo que había sido por orden de Cristina Fernández de Kirchner, a quien Romero acusó por haber recibido una coima de su parte para negociar una extensión del contrato de dragado y balizamiento de la vía navegable del Río Paraná.    

Ahora Emepa se queda con el contrato corto por el balizamiento, y vio desde la primera fila como se caía la propuesta de ex socia Jan de Nul (en Hidrovía SA) para quedarse con las tareas de dragado. Emepa había participado de esa compulsa, y fue el único de los oferentes desechados que impugnó el trámite, previo pago de una caución por u$s 800.000. También había cuestionado la apertura de los sobres técnicos un grupo chino, pero en ese caso sólo se trató de una denuncia pública. Esta misma mañana se conoció que el titular de la AGP, José Beni, declaró desierta esa licitación con un extraño argumento: sólo había quedado una empresa entre las cuatro postulantes en condiciones de competir.