El sector ganadero cierra el año con precios en alza y rentabilidad limitada

La cadena de ganados y carnes cierra el 2024 con un balance mixto, en el que la recomposición de precios en la hacienda fue uno de los aspectos destacados, aunque la rentabilidad sigue sin mostrar una mejora significativa.

A lo largo del año, el sector ganadero experimentó una serie de ajustes en medio de un contexto económico fluctuante, que si bien permitió una mayor previsibilidad gracias a la estabilización macroeconómica en los últimos meses, también dejó entrever los desafíos que enfrenta la industria.

Según el mercado ganadero de Rosario (Rosgan), 2024 estuvo marcado por profundos cambios en la política económica, lo que provocó una readecuación de precios aún en curso. Este proceso de ajustes graduales, que ha avanzado a ritmos dispares, ha generado desajustes temporales entre los costos de insumos, tarifas y los precios finales de los productos. Además, la demanda de carne, afectada por el mismo contexto económico, ha reducido el consumo per cápita de carne vacuna a menos de 47 kilos anuales, una caída de casi siete kilos respecto al año anterior.

El mercado interno, que absorbe el 70% de la producción total de carne, ha sido uno de los principales afectados por esta desaceleración en el consumo. Aunque los precios de la hacienda en pie aumentaron un 117% en los últimos 12 meses, los incrementos en los precios no han logrado superar el ritmo de la inflación, que alcanzó el 166% interanual en noviembre. En los últimos dos meses, los precios de la hacienda de consumo aumentaron un 9% en comparación con octubre, con otro 10% adicional en diciembre. Sin embargo, el aumento sigue estando por debajo de la inflación acumulada.

En cuanto a la rentabilidad en las distintas etapas de la cadena, la situación se mantiene ajustada, aunque la mejora parcial en los precios de la hacienda en las últimas semanas ha permitido recomponer en parte los márgenes negativos en la invernada. No obstante, este ajuste no ha tenido un impacto significativo en los resultados de los feedlots, que enfrentan una etapa de vaciado de corrales. El precio del ternero, principal insumo para el engorde, permaneció retrasado hasta octubre, pero desde entonces ha mostrado una recuperación, alcanzando en diciembre un precio de $3.066,83, un aumento del 4% respecto al promedio histórico de 2012-2023.

Aunque los precios mejoraron en el último trimestre, los márgenes siguen siendo ajustados, especialmente en el modelo de ciclo completo, que muestra un 30% de caída en comparación con 2023. La cría también registró una caída del 16% interanual en sus márgenes, aunque la mejora del precio del ternero en los últimos meses ha atenuado el descenso. En la invernada, la relación entre el precio del ternero y el gordo sigue siendo desfavorable para los engordadores, lo que afecta directamente la rentabilidad.

A pesar de estos desafíos, el sector observa una leve recuperación en los últimos meses del año, lo que se traduce en una mejora en la relación entre costos e ingresos. Sin embargo, las perspectivas para 2025 siguen siendo de márgenes ajustados, con altos costos laborales e impositivos. De cara al futuro, las empresas ganaderas deberán centrarse en la gestión eficiente de los costos internos, buscando alcanzar un equilibrio entre volumen de producción y rentabilidad.